Es una enfermedad autoinmune, reumática, sistémica y crónica que se desarrolla en brotes y en otras fases en las que los efectos de la enfermedad remiten. Al tratarse de una enfermedad multisistémica afecta a varios órganos. Los síntomas articulares son muy frecuentes y la mayoría de los enfermos tienen dolor e inflamación articular en manos, muñecas, codos, rodillas y pies, sobre todo, y rigidez articular por las mañanas. También aparecen dolores musculares y manchas en la piel (es característica una mancha en las mejillas y la nariz en forma de alas de mariposa). Afecta más al sexo femenino. Las formas más graves afectan a los órganos internos: corazón y los pulmones (pericarditis y pleuritis), los riñones (nefritis) y el cerebro con depresiones y cefaleas frecuentes. La fotosensibilidad es otro síntoma característico de la enfermedad. Además, cursa con síntomas generales: cansancio fácil, pérdida de peso inexplicable, fiebre prolongada que no se debe a ningún proceso infeccioso y alteraciones de la temperatura.
La afectación de los enfermos puede ser variable, desde las formas cutáneas más leves a las multiorgánicas más graves.