Tras realizar una historia clínica donde se recogerán todos los síntomas, el médico realizará una exploración del cuello y puede mandar hacer radiografías de la columna cervical en diferentes posiciones. Con esta prueba se pueden apreciar tanto las lesiones de artrosis como las discales. Si la prueba no es concluyente o es necesario valorar mejor las lesiones, se puede realizar una resonancia magnética nuclear. La evaluación de la afectación del nervio se realiza mediante una electromiografía.