Sida - De interés - ¿Hacia la normalización del sida?

Hoy en día el sida es una enfermedad crónica.
Los enfermos pueden tener una calidad de vida a largo plazo prácticamente igual que la de las personas que no viven con el VIH.
Es necesario seguir implicando a la población en su prevención y diagnóstico precoz.
La lucha contra el infradiagnóstico es un pilar fundamental para controlar el contagio.
Existen muchas estrategias de intervención que pueden ayudar a desterrar el estigma de estos enfermos.

Las personas con sida pueden tener una calidad de vida a largo plazo prácticamente igual que la de las personas que no están infectadas por el VIH.

Cualquier médico debe ofrecer el test del VIH a cualquier paciente que le visite, para así normalizar el uso de esta prueba.

En esta página

Se ha avanzado mucho en la investigación del tratamiento del sida y, hoy en día, alejado el fantasma de la epidemia mortal de los primeros años, se puede hablar de enfermedad crónica. Las personas afectadas no tienen que enfrentarse a una muerte cierta a corto plazo y pueden tener una calidad de vida a largo plazo prácticamente igual que la de las personas que no viven con el VIH. Sin embargo, es necesario seguir implicándonos en la necesidad de controlar las prácticas sexuales de riesgo y promover campañas para un diagnóstico precoz, ya que un tratamiento eficaz es fundamental para la supervivencia.

Sin duda, esta enfermedad nos va a acompañar durante décadas, puesto que no existe un tratamiento definitivo para la misma ni una estrategia de prevención totalmente eficaz. Además, los enfermos con sida están envejeciendo y este hecho plantea nuevos retos a los profesionales médicos, ya que deberán controlar y prevenir otras enfermedades propias de la vejez, como la osteoporosis, las alteraciones cognitivas, el riesgo cardiovascular, la hipertensión, la hipercolesterolemia, etc.

Diagnóstico precoz y tratamiento inmediato

La lucha contra el infradiagnóstico es un pilar fundamental para controlar el contagio. El 30 % de las personas contagiadas por el VIH no lo saben y ocasionan el 70 % de las nuevas infecciones. Es necesario, pues, desdramatizar la prueba. Cualquier médico debe ofrecer el test del VIH a cualquier paciente que le visite, para así normalizar el uso de la prueba. También se deben llevar a cabo campañas de detección masiva.

Como consecuencia del tratamiento avanzado antirretroviral (TAR), la mortalidad de los enfermos de VIH ha logrado equipararse a la de la población general. Un buen control de la infección implica que el paciente responde bien al tratamiento antirretroviral y que tiene un nivel muy bajo del virus en sangre y un funcionamiento normal del sistema inmunitario. En este sentido, es importante realizar un diagnóstico precoz, iniciar la TAR lo antes posible y llevar a cabo un buen seguimiento del paciente que garantice un buen cumplimiento del tratamiento.

El estigma del sida

Los cambios en la percepción social del VIH han sido menos significativos.  Además, de producirse la estigmatización por parte de la sociedad, el paciente con sida también se enfrenta a la autoestigmatización. Las personas infectadas interiorizan o anticipan las actitudes sociales que se experimentan en la sociedad. Sienten vergüenza o desprecio de sí mismo, elaboran sentimientos de culpabilidad y de inferioridad, que interiorizan y que incorporan a su identidad, lo que origina actitudes de autoexclusión en diferentes ámbitos de su vida.

La manera de ver la enfermedad por parte de la sociedad ha sufrido cierta modificación desde los primeros contagios y se han protegido legalmente los derechos de las personas con VIH, pero persisten las situaciones de discriminación.

El informe FIPSE 2010 sobre "Creencias y actitudes de la población española hacia las personas con VIH" mostraba que un gran número de personas en España se siente incómoda ante la idea de un contacto potencial con una persona infectada en situaciones normales de la vida cotidiana. Esta respuesta discriminatoria se concreta en una intención de evitar al enfermo y, lo que es peor, en una actitud que apoyaría medidas de segregación social hacia estos enfermos. El 20 % de la población estaría a favor de que la ley obligue a los enfermos a permanecer en espacios separados en ciertos lugares, y un 18 % de la población opina que los enfermos deberían estar obligados a declarar su enfermedad, violando así su derecho a la confidencialidad.

Existen muchas estrategias de intervención que pueden ayudar a desterrar el estigma de estos enfermos. La información, el consejo, la adquisición de habilidades y el contacto con personas afectadas son medidas claras contra la discriminación. En definitiva, es la educación la herramienta que ha mostrado mejores resultados. Los enfermos deben conocer y ejercer sus derechos legales y deben denunciar cualquier actitud discriminatoria, lo que puede servir para deslegitimar estas actitudes en la sociedad.

Noticias Relacionadas con Sida

> Ver todas
Brote de una enfermedad que se propaga ampliamente dentro de una región específica y/o un país.

Ver