6 consejos infalibles para proteger tus oídos de la otitis este verano

Las infecciones de oído aumentan en época de verano por la exposición al agua en playas o piscinas

El verano es una época de diversión, descanso y de disfrutar de actividades acuáticas en la piscina y en la playa. Pero con este cambio de hábitos y con una mayor exposición al agua, llegan las temidas otitis externas, también conocidas como "oído del nadador".

Según explican los audiólogos de Aural, la red de centros especialistas en audiología, la otitis externa se trata de una infección leve del canal auditivo externo producida por los restos de agua que quedan dentro de este canal, permitiendo que las bacterias proliferen.

Existen otros factores que pueden producir estas infecciones, como el uso de bastoncillos u objetos dentro del canal auditivo externo, pero en época de verano el mayor causante es el agua: el 84 % de las otitis externas que se diagnostican durante estos meses están relacionadas con este tipo de actividades, según el servicio de otorrinolaringología del Centro Médico Teknon.

Síntomas habituales de la otitis, diagnóstico y tratamiento

La otitis externa se suele diagnosticar mucho más en niños que en adultos, ya que su sistema inmune está en pleno desarrollo y son mucho más sensibles a la hora de luchar contra las infecciones.

"Los signos más comunes que aparecen con la infección de oído externo son dolor, molestias al masticar, audición alterada, supuración de oído, fiebre, pérdida de equilibrio, dolor de cabeza, entre otros", apuntan los expertos.

Habitualmente el diagnóstico de la otitis externa se realiza en la consulta médica. Pero, si la infección está avanzada o es persistente a pesar del tratamiento, puede que se requieran más estudios para determinar con mayor exactitud cómo curarla.

Una vez se determina el tratamiento, es cuestión de días curar la infección y la recuperación total del oído. El tratamiento más habitual, y el más efectivo, suele ser la aplicación de unas gotas antibióticas en el canal auditivo, limpiado previamente, para que el medicamento pueda hacer efecto.

De lo contrario, si la otitis externa no es tratada, puede tener complicaciones como: pérdida transitoria de audición, cronificación de la infección, condritis (cuando la infección de la piel del canal auditivo externo se extiende al cartílago de la aurícula) u otitis externa necrotizante (solo posible en pacientes diabéticos o inmunodeprimidos, agresiva y grave que requiere tratamiento a largo plazo).

Formas de cuidar los oídos para evitar riesgos

La inflamación producida por la otitis es molesta y dolorosa. Para poder prevenir su aparición y que no te estropee las vacaciones, los expertos nos dan unas sencillas recomendaciones que debemos tener en cuenta a la hora de bañarnos:

  • Reducir el tiempo de inmersión y de permanencia en el agua
  • Secar con cuidado los oídos utilizando una toalla limpia, inclinando la cabeza hacia ambos lados para ayudar a que el agua drene de los oídos. En el caso de los más pequeños, se aconseja que sean los padres quienes ayuden a los niños a secarse los oídos y no recomiendan el uso de bastoncillos
  • Utilizar tapones para los oídos al sumergirse en agua nos ayudará a prevenir la entrada de contaminantes y partículas extrañas que puedan irritar el conducto auditivo. Unos buenos tapones de baño son aquellos que se realizan a través de la toma de impresión de nuestro oído y se fabrican a medida
  • Evitar inmersiones bruscas en el agua que puedan dañar el tímpano
  • Es recomendable acudir a un profesional para que pueda hacer un chequeo del oído y limpiar la cera que pueda haber en ellos
  • En caso de utilizar audífonos, protegerlos de la humedad, arena y temperaturas demasiado altas

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