4 de septiembre: Día Mundial de la Salud Sexual

7 de cada 10 españolas experimentó molestias en su primera relación sexual en la adolescencia

El 65% no ha consultado a un profesional al sentir dolor, mientras que el 24% ha visitado a un ginecólogo y sólo el 10% ha consultado a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define a la adolescencia como aquella edad comprendida entre los 14 y los 19 años, etapa sinónimo de nuevas emociones, pero, sobre todo, de transformación. En el caso de las mujeres, es un proceso que lleva consigo un sinfín de cambios hormonales y corporales a los que hay que aprender a adaptarse: se deja de ser niña, pero aún no se es adulta. Es también el momento del despertar del deseo sexual y de las primeras experiencias. Así lo confirma la "Encuesta sobre el comportamiento sexual femenino en España" de INTIMINA, compañía que ofrece una gama de productos dedicada a cuidar los aspectos de la salud íntima femenina, de la que se desprende que más de la mitad de las mujeres españolas (53%) tuvo su primera relación sexual entre los 17 y los 20 años, y un 17% de las encuestadas lo hizo en edades comprendidas entre los 14 y los 16.

Sin embargo, la experiencia en torno a la primera vez presenta a veces dificultades, como el nerviosismo, la falta de conocimiento del cuerpo o el dolor. En concreto, es revelador que 7 de cada 10 mujeres españolas aseguran haber tenido una primera relación sexual con molestias o dolor, la mayoría durante la adolescencia. Esta sensación se debe a que la mayoría de las mujeres nacen con un himen, membrana en la vagina que puede romperse o rasgarse durante el ejercicio físico y también durante las primeras relaciones sexuales con penetración, produciendo sangrado (o no) y una leve molestia.

No obstante, es importante aprender a diferenciar entre dolor y molestia. Al tratarse de una sensación nueva, las molestias son normales y en muchos casos, confundidas con un dolor real. Precisamente, mientras que el 74% de las encuestadas afirma que el dolor o molestia duró poco (solamente durante algunas relaciones sexuales), 2 de cada 10 mujeres sostiene que la molestia perduró durante un cierto periodo de tiempo.

A pesar de que el porcentaje de encuestadas que declara que aún padece dolor con las relaciones sexuales es bajo (5%), existe un cierto grado de desconocimiento frente a qué tipo de especialista acudir y si es necesario o no. Muchas mujeres desconocen la importancia de una visita médica adecuada, minimizando su situación o incluso, sin saber que existen profesionales especializados que pueden ayudarles. De hecho, solo una cuarta parte de las españolas (24%) visitó a un ginecólogo para tratar las molestias o dolor, y un 10% lo consultó con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.

¿Qué hacer cuando el dolor es real y persistente?

Andrea Batlle, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y directora de la clínica ABfisioterapia de Barcelona, sostiene la importancia de "aprender a diferenciar el dolor con respecto a la molestia. En la mayoría de los casos, se trata de un dolor físico, pero a la vez emocional, porque la adolescente no conoce la sensación al tratarse de una experiencia nueva, y porque los tejidos involuntariamente están más contraídos. Para ello, es muy importante la relajación con ejercicios de respiración, por ejemplo, y sobre todo, destacar la importancia de la autoexploración, ya que muchas mujeres comienzan su vida sexual con su pareja pero no consigo mismas. La masturbación, ayuda a las mujeres a conocer su cuerpo y a decidir qué les apetece o no durante la práctica sexual con la pareja".

Además, añade: "la comunicación es fundamental. Muchas niñas no se atreven a visitar a un profesional porque para que esto ocurra, deben hablar con sus padres y les da vergüenza dar ese paso. Por eso, es importante destacar que en las primeras relaciones sexuales pueden aparecer ciertas molestias, pero cuando estas persisten y el dolor es grave, es recomendable consultar con su ginecólogo o con una fisioterapeuta para detectar el problema. Muchas veces, eliminando ese ‘miedo' y trabajando con ejercicios de autocontrol, la mujer mejorará rápidamente. En algunos casos, los sexólogos también acompañan en este proceso", concluye la especialista.

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