Según una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), más de un tercio de los adultos españoles han utilizado alguna vez un ansiolítico para dormir, y de ellos cerca de una cuarta parte dicen haber sufrido algún efecto secundario, como dificultad de concentración, dependencia y somnolencia diurna. Además, el 96% de los consultados dicen preferir un preparado de origen natural para ayudarles a dormir que otro de origen sintético (químico).
Por eso, INFITO ha puesto en marcha la campaña "Duerme de forma natural", en la que se propone recurrir a los preparados de plantas medicinales de dispensación en farmacia en caso de insomnio ocasional, y acudir a un profesional de la salud si el trastorno se cronifica. También se recomienda desconectar aparatos electrónicos al menos dos horas antes de irse a la cama.
Según advierte la Dra. Rosa Peraita Adrados, de la Unidad de Sueño del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, "el uso continuado de hipnóticos sin prescripción médica está relacionado con un mayor riesgo de accidentes laborales y de tráfico y un importante absentismo laboral, porque disminuye la capacidad de atención y concentración".
Así, una investigación alemana, publicada en la revista Pharmacoepidemiology and Drug Safety, revela que "la incidencia de lesiones se incrementa fuertemente con las dosis de antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos y sedantes". Los problemas derivados del uso de estos tratamientos aumentan en personas mayores, sobre todo en mujeres, que a menudo no saben manejarlos, según un análisis de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, publicado en International Psychogeriatry.