La ansiedad y el exceso de sudoración agravan la dermatitis atópica

La dermatitis atópica es una de esas enfermedades cuya causa se dice que es multifactorial, lo que significa que en su aparición intervienen, o pueden intervenir, muchos factores distintos.
 

Una de las características de esta enfermedad de la piel es que evoluciona en forma de brotes, es decir, que presenta periodos en los que apenas hay síntomas y otros en los que se se agudizan y se hacen más intensos. El síntoma más destacados es el prurito (picor intenso) y las principales lesiones que provoca son el eccema (enrojecimiento e inflamación de la zona afectada, formación de vesículas y costras), las pápulas y la liquenificación, que es la formación de placas de piel engrosada.
 

Según estudios recientemente realizados, hay dos factores que pueden agravar los síntomas de la dermatitis atópica: la ansiedad y la sudoración excesiva. Una investigación llevada a cabo en el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) llegó a la conclusión de que la ansiedad acentúa a menudo los síntomas de la dermatitis atópica, fenómeno que los investigadores relacionan con un factor genético, concretamente diversos polimorfismos de un gen que interviene en el transporte del neurotransmisor serotonina. En otro estudio realizado en la Universidad de Wroclaw (Polonia) también se observaba una relación entre la intensidad del prurito (picor) que presentaban los pacientes participantes en el estudio y su grado de estrés.

El otro factor que contribuye a agravar los síntomas de la dermatitis atópica es el exceso de sudoración. Esta afirmación se apoya en recientes estudios llevados a cabo en Japón. En uno de ellos, realizado en la Universidad de Hiroshima, el 80% de los pacientes que participaron presentaron un empeoramiento de su dermatitis por culpa del sudor. A esta misma conclusión se llegó en otro estudio realizado en 2011 en la Universidad de Kyorin en Tokio.

El periodo estival es la época en la que es máxima la propensión a sudar debido a las altas temperaturas. Los expertos alertan de que las personas que padecen dermatitis atópica deberán evitar en lo posible el sudor para no correr el riesgo de un empeoramiento de su enfermedad.

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