El cáncer de mama representa el tipo de cáncer más frecuente en la mujer tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Aunque no es una enfermedad exclusiva de mujeres, ya que el hombre también la puede sufrir, se espera que una de cada ocho mujeres desarrolle un cáncer de mama a lo largo de su vida.
La mayoría se diagnostican entre los 35 y los 80 años, con un máximo entre los 45 y los 65. Sin embargo, se puede considerar que la incidencia de esta enfermedad en España es baja, en una línea similar al resto de países mediterráneos y centroeuropeos.
Aunque el cáncer de mama es la primera causa de mortalidad por cáncer en las mujeres, la supervivencia tras este tumor ha mejorado notablemente en los últimos 20 años, con una supervivencia global en España, a los cinco años del diagnóstico, del 82,8%, cifra por encima de la media europea.
El diagnóstico precoz es la piedra angular del tratamiento y se basa en la realización de mamografías, que consisten en radiografías de las mamas que son capaces de detectar cánceres en estadios muy precoces, cuando es posible un tratamiento curativo de la enfermedad. La dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima, por lo que no es perjudicial para la mujer.
La autoexploración de las mamas se considera hoy en día un método diagnóstico poco fiable y puede proporcionar a la mujer una falsa seguridad respecto a la enfermedad. Por ello, se recomienda la realización de mamografías a partir de los 40 años, siendo la prueba imprescindible a partir de los 50. Las mamografías anuales o bianuales y los tratamientos cada día más avanzados de este tumor permiten hoy en día unas tasas de curación del 85%. El abordaje del cáncer de mama siempre debe ser multidisciplinario, con equipos formados por médicos de distintas especialidades que estén coordinados para tratar este tipo de tumores.
En algunas mujeres existe un riesgo genético de sufrir mutaciones específicas relacionadas con este tumor. Estas mujeres necesitan una vigilancia especial y muchas veces se valora la extirpación preventiva de sus mamas.
El cáncer de mama no se puede prevenir, pero existen estudios que aconsejan actuar sobre ciertos factores de riesgo para reducir su incidencia, como son la obesidad, la falta de ejercicio físico o el consumo regular de alcohol. El uso de tratamientos hormonales sustitutivos durante la menopausia se ha asociado a un incremento del riesgo de padecer cáncer de mama, por lo que se desaconseja actualmente este tratamiento.