En un mundo en constante transformación, donde la tecnología y las demandas diarias ejercen una presión considerable sobre la población, es común experimentar niveles elevados de estrés y ansiedad. En este contexto, el entorno natural se posiciona como un refugio y una mejora para la salud mental.
Actualmente, el 54% de la población mundial actual reside en áreas urbanas y se prevé que para 2050 llegará al 66%, según datos proporcionados por la ONU. Este crecimiento continuo de las áreas urbanas y la aceleración del ritmo de vida que las ciudades suponen hace imprescindible el cuidado de sus espacios naturales para la mejora de la calidad de vida de las personas que residen en ellas.
"La naturaleza proporciona un ambiente de bajo esfuerzo mental, lo que permite a nuestras mentes recuperarse de la fatiga mental a la que se expone en el día a día. Esta exposición desencadena la liberación de neurotransmisores esenciales, como la serotonina y la dopamina. Estos neurotransmisores están asociados con la regulación del estado de ánimo, la sensación de bienestar y la reducción de la ansiedad", explica Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de bluaU de Sanitas.
Ante esta situación, los expertos han elaborado un listado detallando cuáles son los principales beneficios que proporciona la conexión con la naturaleza:
- Reducción del estrés: la exposición a entornos naturales permite que el cuerpo reduzca la producción de cortisol, la hormona del estrés. La sensación de paz y tranquilidad que se experimenta también ayuda a reducir la ansiedad, lo que tiene un efecto calmante en la mente.
- Mejora del estado de ánimo: el contacto con los espacios verdes está relacionado con un aumento de la serotonina, un neurotransmisor vinculado al bienestar y el estado de ánimo positivo. Esto contribuye a experimentar una sensación general de felicidad y satisfacción, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas de depresión.
- Fomenta la actividad física: el ejercicio regular es esencial para la salud mental y física y la exposición a la naturaleza a menudo implica la realización de actividades como caminar, hacer senderismo o practicar deportes al aire libre.
- Aumento de la creatividad: en la naturaleza se gana tiempo para pensar y reflexionar. La mente puede relajarse y renovarse, lo que facilita la generación de ideas creativas.
- Conexión social: los espacios verdes también fomentan la interacción social, ya que muchas personas disfrutan de actividades al aire libre en grupo. Esto promueve un sentido de pertenencia, apoyo emocional y fortalecimiento de las relaciones sociales, lo que es crucial para la salud mental
"Pasar tiempo al aire libre, cuidar de nuestros espacios verdes y promover su acceso para todos es una inversión en la salud mental de las generaciones presentes y futuras", concluye la experta.