Miles de pacientes sufren día tras día dermatitis atópica. Esta enfermedad provoca enrojecimiento de la piel, pequeños granos en los pliegues, picor y ardor. Además, el constante rascado no permite un sueño reparador y altera el carácter de las personas con cambios de humor y sentimientos de desesperación y enfado. Hoy en día existen tratamientos muy eficaces y, sobre todo, consejos muy útiles para convivir con esta dolencia.
Entre los consejos más prácticos, están las medidas higiénicas de la piel y su constante lubricación con productos cosméticos específicos para la enfermedad, que se deben aplicar de forma constante para una buena respuesta de la piel, lo cual hace más susceptibles de un mal control a los enfermos varones, ya que comprenden peor la necesidad de hidratación de la piel y adquieren este hábito de aplicación de cremas con mayor dificultad.
Otro tema a tener en cuenta es la costumbre extendida de tomar baños o duchas con agua muy caliente durante el invierno. Fuera hace frío y no hay nada más reconfortante que una ducha caliente que deje el baño lleno de vapor. La sensación posterior a esta ducha caliente es de relajación pero no hay nada más negativo para la piel atópica que el exceso de calor, que desencadena una respuesta irritativa, empeora las lesiones y estimula el picor. Una ducha templada es un mejor aliado para el enfermo de dermatitis atópica y puede resultar también reconfortante y más estimulante.