Existen numerosos tratamientos médico-estéticos que pueden realizarse sin cirugía, de forma segura y eficaz en la consulta del dermatólogo y que mejoran el aspecto de la piel y las pequeñas imperfecciones derivadas del paso del tiempo y las agresiones externas.
Según el doctor Miguel Sánchez Viera, miembro de la Academia Española de Dermatología (AEDV), hay tratamientos adecuados para aquellas personas que no quieren interrumpir su ritmo de vida y mejorar su aspecto a un coste asequible. Algunos ejemplos son:
- El peeling químico: consiste en la aplicación de un producto químico sobre la piel, con el objeto de eliminar capas de piel, inducir la aparición de piel nueva y estimular las capas más profundas para producir colágeno y elastina. Según la intensidad de la exfoliación, la persona se puede incorporar inmediatamente a sus actividades. Con el peeling se mejora el aspecto, color, calidad y textura de la piel, tratando arrugas, manchas, cicatrices, etc.
- La mesoterapia: se usa en la prevención del envejecimiento cutáneo y la revitalización de la piel. Consiste en la microinyección de productos muy superficiales en la cara, cuello y escote, insistiendo en las arrugas. Los productos más usados son el ácido hialurónico y las vitaminas que estimulan la hidratación y la formación de colágeno y elastina.
- La depilación láser: consiste en la aplicación de una fuente de luz que debe actuar sobre el folículo piloso, destruyéndolo de forma selectiva. Las zonas más favorables para la depilación son ingles, axilas y piernas. Es un método rápido, cómodo y seguro cuando se realiza bajo el control de un dermatólogo y con la tecnología adecuada.
- La toxina botulínica: es un fármaco que se utiliza en el tratamiento de las arrugas faciales de expresión, especialmente en la frente, el entrecejo, las patas de gallo y el cuello. Estas arrugas son uno de los primeros síntomas del envejecimiento facial, por lo que su corrección aporta un gesto más joven. También se emplea en el tratamiento de la hiperhidrosis o sudoración excesiva de las axilas, manos y pies.
- Los implantes dérmicos: son productos que se usan en el aumento o la remodelación de zonas faciales y corporales, como el aumento de pómulos y mentón, las arrugas alrededor de la boca, etc. Existen productos reabsorbibles y no reabsorbibles, siendo los más empleados los reabsorbibles, por su seguridad y buena integración con la piel.
- Los láseres de rejuvenecimiento y tratamiento para las cicatrices: el láser es uno de los tratamientos más empleados contra el envejecimiento cutáneo facial. Es un procedimiento cuyo objetivo es la renovación de la superficie cutánea y la estimulación de las capas profundas de la piel, con la finalidad de corregir los signos faciales del envejecimiento.