Son muchas las situaciones en las que los padres acuden con sus hijos a urgencias sin una causa que realmente requiera el uso de este servicio: primerizos que se alarman ante las primeras décimas de fiebre, padres más experimentados que se preocupan por una tos o mocos…Distintas fuentes apuntan que más de la mitad de las visitas a urgencias podrían atenderse en una visita al pediatra habitual.
Según una encuesta realizada a los asegurados de Néctar Seguros de Salud, casi un 87% de los padres no solicitaron cita previa con su pediatra antes de acudir a la última visita a urgencias por considerar grave la sintomatología de su hijo (50%) o por no poder visitarle por estar el centro cerrado (33%). Entre los que sí habían pedido cita, casi un 60% declaró acudir a urgencias por no esperar a acudir al día siguiente a su pediatra.
Sin embargo, más del 89% de las urgencias no necesitó ingreso y el 86% se resolvió en esa visita, aunque los padres sí declaran acudir después al pediatra para realizar un seguimiento.
Esta sobrecarga de las urgencias es algo común en todas las comunidades, pero según datos de Néctar Seguros de Salud, Andalucía destaca notablemente en este sentido: un 50% de los asegurados acude a urgencias pediátricas de manera habitual (como mínimo 7 veces en el último año) siendo Málaga (84%) -a causa del turismo- y Granada (65%) las provincias que mayores porcentajes registran. Sevilla por su parte es la que muestra un mayor número de visitas por menor (5,33 en 2015).
Consejos antes de decidir acudir a urgencias
Pero, ¿cómo actuar en estas situaciones? Según Néctar Seguros, el primer paso es llamar al Servicio de Urgencias Pediátricas 24 horas del que disponen algunas aseguradoras (91 384 04 58 en el caso de Néctar) y servicios de salud públicos. Un contacto directo con médicos y especialistas que puede tranquilizar a los padres y resolver estas dudas. Según datos de la aseguradora, el 80% de las situaciones de posible urgencia a priori para los padres se resuelven con una llamada, sin necesidad de desplazamientos y molestias. Una solución eficaz pero poco utilizada por los padres: casi el 90% de los encuestados reconoce no usar el servicio telefónico de urgencias.
En segundo lugar, hay que valorar los posibles riesgos a los que se expone a los niños al ir a urgencias: al acudir a un hospital o centro de salud estamos exponiendo al niño a múltiples gérmenes (de hecho 1 de cada 25 personas que acude a un hospital se contagia de una infección durante su estancia). Por otro lado, al acudir sin una causa verdaderamente urgente se demora la atención a niños que realmente lo necesitan.
Por último, nadie como su pediatra conoce mejor al niño. La atención será siempre más ventajosa ya que:
- El pediatra tiene una visión global e integral de la salud del menor
- Es más cercana y accesible al domicilio. El trato continuado permite que se agilice la atención y se cree una relación de confianza que es muy importante para la tranquilidad de los padres en múltiples ocasiones
- Asegura una continuidad en la asistencia. El seguimiento de un problema de salud por un único pediatra facilita la toma de decisiones del profesional sanitario y ofrece tranquilidad a la familia, que en otras circunstancias puede recibir información discrepante sobre el diagnóstico o el tratamiento si la asistencia es realizada por más de un médico
- Una atención dirigida a la prevención y detección precoz de enfermedades y a la promoción de hábitos de vida saludables. Además del tratamiento específico del problema que presenta el niño el pediatra habitual ofrece pautas y consejos preventivos