La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha puesto sobre la mesa los desafíos que tiene por delante la vigilancia en salud pública ante dos problemas de la sociedad actual, los microorganismos multirresistentes y los efectos en salud de los riesgos medioambientales.
En la Jornada sobre Vigilancia de la Salud Pública que se ha celebrado hoy en Madrid con la colaboración de la Escuela Nacional de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III se ha puesto de manifiesto la necesidad de unir esfuerzos entre las administraciones y poner en marcha estrategias de vigilancia y control en salud pública que puedan dar respuesta a nuevas situaciones.
Vigilancia y control de la resistencia a antibióticos
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial. Cada vez es mayor el número de infecciones como neumonía, tuberculosis o gonorrea, cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos. Además, esta resistencia prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costes médicos y aumenta la mortalidad.
Para la SEE, este control requiere un planteamiento global y multidisciplinario y una de las piezas clave es la vigilancia, que puede aportar información de la situación y permite evaluar las medidas de control que se implanten. En este sentido, apuntan a un enfoque coherente e integral tanto a nivel mundial como nacional y local. Y piden trabajar desde el marco de la iniciativa de One Health (Una sola salud) con planteamientos en los que participen diferentes agentes y sectores como los de la medicina humana y veterinaria, agricultura, industria, medio ambiente y consumidores.
No basta con el control de recetas
Únicamente con el control de las recetas para evitar el uso indebido de los antibióticos no es suficiente. La SEE cree que hay que trabajar mucho sobre las indicaciones que se hacen. En los distintos ámbitos asistenciales se sabe que entre el 35% y el 50% de los tratamientos antibióticos es optimizable. Una de las grandes líneas es mejorar este uso para lo que se han puesto en marcha los programas PROA (Programas de Optimización de Uso de los Antibióticos). Señalan que es necesario modificar la forma de prescribir y de utilizar los antibióticos, pero también se debe evitar el abandono de los tratamientos o el uso subterapéutico.
Contaminación ambiental en nuestro día a día
Se pueden encontrar contaminantes ambientales en el aire que respiramos, en los alimentos que ingerimos o en los productos que utilizamos. En la actualidad, la información que se recoge en España procede de distintas fuentes, es escasa, y hay una falta de continuidad o está ausente en muchas comunidades autónomas. Desde hace años existen ejemplos de integración de los sistemas de vigilancia en Estados Unidos o Alemania.
Efectos en salud de la contaminación atmosférica
Se estima en 3 millones de fallecimientos en el mundo y casi un 3% de los años de vida perdidos ajustados por discapacidad por la contaminación atmosférica. Concretamente para Europa, 430.000 fallecimientos prematuros y 7 millones de años de vida perdidos ajustados por discapacidad.
La pobre calidad del aire es un relevante factor de riesgo para la salud que puede causar o agravar enfermedades respiratorias como el asma, cardiovasculares, alteraciones del sistema reproductivo y aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón, entre otros efectos. También se relaciona con otras enfermedades más leves como dolor de cabeza, ansiedad o mal estado general. Globalmente, la contaminación atmosférica afecta a la calidad de vida, produce mortalidad prematura, un incremento de los costes sanitarios y ocasiona pérdida de productividad.
La SEE pone el acento en el gran volumen de población expuesta, por lo que aun con bajos niveles de exposición a contaminantes ambientales, el impacto en términos de salud pública es muy importante.
En la jornada también se ha hablado sobre la incidencia en la salud durante el embarazo y la infancia por la exposición a contaminantes a través de los alimentos.
Efectos en salud de la contaminación industrial
Las emisiones industriales se vierten al aire, al agua y al suelo y contribuyen a la exposición global de las personas a distintos agentes tóxicos.
Algunos estudios epidemiológicos han encontrado excesos de riesgo de cáncer en el entorno de determinados núcleos industriales, aunque las dificultades que entrañan estos estudios hacen que haya que evaluar con cautela sus resultados. A pesar de ello, dado que las exposiciones industriales contienen, entre otros, agentes carcinogénicos, es importante que desde salud pública se trabaje de forma intersectorial para reducir la exposición de la población a estas emisiones, al tiempo que se vigila la salud de las personas que residen en su proximidad.
La Jornada de la SEE ha sido inaugurada por Elena Andradas, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; Juan Martínez, director general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid; Isabel Noguer, directora del Centro Nacional de Epidemiología; Pilar Aparicio, directora de la Escuela Nacional de Sanidad, y Pere Godoy, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología.