El Centro de Atención al Duelo de Madrid (ALAIA) ha puesto en marcha una iniciativa de apoyo psicológico a las mujeres que durante el embarazo reciben la noticia de la muerte de un ser querido. Estos casos requieren una atención terapéutica doble centrada en la futura madre y en el futuro bebé.
El dolor provocado por la muerte de un ser querido tiene una serie de elementos comunes pero, según explica Marta Fernández, terapeuta de ALAIA, "en el caso de las embarazadas hay que tener en cuenta variables propias como el tiempo, por ejemplo, o una tendencia acusada a las emociones aparentemente contradictorias".
Durante este tipo de duelo "es importante que la embarazada se sienta con derecho a dar espacio al dolor y también a la alegría por la llegada de una nueva vida. La presencia de uno u otro oscilan en diferentes etapas", añade la experta.
En estos casos, es habitual que aparezcan sentimiento de tristeza, enfado, culpa, preocupación, etc. Además, si el fallecido es la pareja podrían aparecer otros sentimientos como el miedo a tener un parto sin el apoyo del padre, la incertidumbre de tener que desempeñar nuevos roles familiares o el peso de tener que afrontar la maternidad en solitario.