La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en el mundo hay cerca de 1.000 millones de personas obesas, una cifra que puede aumentar un 50% en los próximos años y alcanzar los 1.500 millones obesos.
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares, responsables de unos 17 millones de muertes al año. Este problema, que afectaba tradicionalmente a los países desarrollados y a las clases sociales con rentas altas, está aumentando de forma alarmante entre las clases bajas y en los países menos desarrollados por el aumento de las calorías en la dieta provenientes de grasas y azúcares, y por la menor actividad física de la población.
Según los cálculos de la OMS, más del 75% de las Salud de la mujeres de más de 30 años tiene exceso de peso en países tan diferentes como Sudáfrica, Egipto, Estados Unidos, Malta, México o Turquía. Lo mismo ocurre entre los hombres de Alemania, Argentina, Grecia, Kuwait, Nueva Zelanda, el Reino Unido o Samoa. Especialmente llamativa es la situación de los adultos en las islas de Nauru y Tonga, donde nueve de cada diez tienen sobrepeso u obesidad.
La extensión de la obesidad a los países con rentas medias y bajas hacen prever un incremento de las enfermedades crónicas en esos lugares durante los próximos diez o veinte años, y se cree que las regiones más afectadas serán las del Mediterráneo oriental y África, donde el número de muertes relacionadas con las enfermedades cardiovasculares podría aumentar más del 25%.