El tratamiento de la dermatitis atópica, por ser una enfermedad crónica, consiste en controlar los síntomas y en aliviar sus brotes agudos. Un seguimiento médico adecuado y el riguroso cumplimiento del tratamiento pueden acortar dichos brotes agudos y normalizar, en la medida de los posible, la vida del paciente, muy alterada ya por los síntomas de la enfermedad.
Con la llegada del otoño los brotes de dermatitis atópica en la población tienden a aumentar
Con la llegada del frío, la elevación de humedad ambiental y la calefacción aumentan los brotes de dermatitis atópica en la población. Esta dolencia obedece a una exagerada reactividad de la piel ante ciertos factores desencadenantes por una reacción alterada del sistema inmunitario a una serie de estímulos externos.
En este sentido, el otoño implica alteraciones meteorológicas que favorecen el deterioro de la barrera cutánea que, en estos pacientes, por estar alterada de forma previa, desemboca en una reactivación de la patología.
Otro factor que influye en este aumento de los brotes es el estrés de la vuelta de las vacaciones y del regreso a los estudios en los más jóvenes. Según diversos estudios, la alteración emocional es un factor clave en la activación de nuevos brotes de esta patología de la piel.