España es el segundo país más longevo de Europa. Prueba de ello son las casi 400.000 personas mayores de 90 años que hay en nuestro país. De ellas, aproximadamente un 75% son mujeres. La previsión es que, según las proyecciones realizadas por el INE, estas cifras se multipliquen por cuatro en 2050. Según el Dr. Jose López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), "el peso de los nonagenarios en nuestra sociedad irá creciendo exponencialmente."
El experto apunta que "se envejece como se ha vivido, pero en gran parte, condicionados por la genética, ya que los genes aportan alrededor de un 60% en el envejecimiento y el resto depende de factores ambientales, modificables por la persona con buenos hábitos".
Se calcula que en 2030 morirán cerca de 23,3 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, sobre todo por cardiopatías y por accidente cerebrovascular (ACV), y se prevé que sigan siendo la principal causa de muerte, según la OMS. En este sentido, "los principales factores de riesgo modificables son responsables de aproximadamente un 80% de los casos de cardiopatía coronaria y enfermedad cerebrovascular", afirma el Dr. Leandro Plaza Celemín, presidente de la Fundación Española del Corazón.
En cualquier caso, la mente juega un papel fundamental en el envejecimiento y la actividad física y mental nos retroalimentan para seguir manteniéndonos activos. Según un estudio realizado por la Universidad de Londres, las personas que tienen y se plantean proyectos, alcanzan, de media, siete años más de vida. Por ello, el Dr. López Trigo subraya que "debemos mantenernos activos física y mentalmente y tener siempre proyectos e ilusiones".
Será más fácil que nuestros hijos adquieran un hábito saludable si lo ven en nosotros. Y añade que "metafóricamente, la salud es como una libreta de ahorros, donde aumentamos nuestro capital de salud ingresando por medio de buenos hábitos y costumbres y restamos cuando adquirimos factores de riesgo y hábitos nocivos. Hemos de labrar nuestro porvenir desde hoy, desde ayer…".
Por otro lado, Eduardo Rovira, Presidente de la Fundación Edad y Vida, afirma que "las personas depresivas sufren una tasa de mortalidad 1,5 veces superior a las de la población de referencia. Los optimistas tienen más posibilidades de sobrevivir a un infarto de miocardio y se recuperan más rápidamente en la enfermedad coronaria que los pesimistas".
Según Eduardo Rovira, "el optimismo reduce el riesgo de sufrir un ACV". Según un estudio realizado en Ohio entre 1975 a 2002, "las personas que tenían una imagen más positiva del envejecimiento, vivían un promedio de 7 años y medio más que los que no esperaban nada de la vejez".
Bial: al servicio de la innovación e internacionalización
En el marco de la celebración del 90 aniversario de Bial, el CEO de la compañía, António Portela, explica cómo ha sido el crecimiento del laboratorio y afirma que "conviene hacer esfuerzos, mantenerse activos y en el caso de Bial, la ilusión, el emprendimiento y las ganas de mejorar de cuatro generaciones han sido los eslabones fundamentales para poder celebrar que hoy somos nonagenarios. El camino no ha sido fácil pero el optimismo y el empeño de todos los empleados de Bial nos han permitido llegar hasta aquí".
Los expertos reunidos coinciden en que es imprescindible promocionar hábitos saludables entre la sociedad y que es importante cuidarse física y mentalmente y que tanto las personas como las empresas pueden crecer saludablemente y aportar mejoras al entorno. En un momento, en el que la compañía trabaja en el desarrollo de nuevas moléculas, Antonio Portela apunta que "queremos seguir apostado por la innovación para ofrecer medicamentos diferenciadores a los pacientes de todo el mundo". Además, Iñigo Pagoaga, Director General de Bial en España, comenta que, "aunque las circunstancias y el contexto económico es difícil, en Bial estamos haciendo un esfuerzo importante para seguir invirtiendo en innovación y en los últimos años hemos apostado por fortalecer nuestra presencia en España y contar con los mejores investigadores".
Los expertos coinciden en subrayar que "llevar una vida pasiva puede acelerar el envejecimiento". Está demostrado que la actividad física moderada retrasa el envejecimiento funcional y reduce el riesgo de muchas enfermedades, concretamente el de la muerte por enfermedad cardiaca.
A mayor educación intelectual hay una mayor esperanza de vida y un riesgo menor de incapacidad. Según una investigación publicada en el British Medical Journal, "los trabajadores que se jubilaban a los 55 años tenían una tasa de mortalidad 37% superior a la de quienes se jubilaban a los 65".
En este contexto, Eduardo Rovira explica que "otro factor clave para el buen envejecimiento es el tener buenas relaciones sociales y familiares. En Japón se ha demostrado que las personas mayores que afirman carecer de contactos sociales fueron 1,5 veces más propensas a fallecer en los tres años siguientes que las que tenían más apoyo social".
Por último otro factor del envejecimiento activo es el funcionamiento emocional positivo. La depresión, el pesimismo y los sentimientos de soledad son predictores de enfermedad, mortalidad y suicidio.