Las llamadas "tiñas" son infecciones de la piel, y el cuero cabelludo, producidas por dermatofitos (un tipo frecuente de hongos de crecimiento lento). Pueden transmitirse por contacto directo de paciente a paciente si no se dan las condiciones adecuadas de higiene y también a través de instrumentos que entran en contacto estrecho y repetido con la piel.
"En algunas peluquerías podrían no estar desinfectándose adecuadamente instrumentos, como las rasuradoras eléctricas, entre un cliente y otro. Muchos de estos aparatos no emplean hojas desechables de un solo uso y el cabezal, que contacta directamente con la piel, no se desinfecta adecuadamente tras cada uso antes de volver a emplearlo. Estas rasuradoras se emplean a menudo para rasurados de toda la cabeza en varones o para cortes "degradados" apurando mucho en la nuca o las patillas, donde se han producido algunos de los casos detectados recientemente", explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
Las rasuradoras eléctricas, que están en contacto directo con la piel, pueden provocar irritaciones o pequeños cortes que se convierten en puertas de entrada para hongos, bacterias o virus.
"En un principio, los síntomas de infección pueden ser leves, como irritaciones, descamaciones o picor, que pueden ser confundidos con eccemas, por lo que el paciente no suele darles la importancia debida. Sin embargo, si los síntomas se alargan en el tiempo, se agravan y si no se acude a un dermatólogo que las identifique y las trate, pueden acabar produciendo caídas de cabello localizadas, llamadas tiñas tonsurantes, que pueden ir extendiéndose poco a poco, llegando, incluso, a provocar alopecias permanentes si se destruye el folículo piloso", añade Sánchez.
Otras infecciones del cuero cabelludo que pueden ser transmitidas son las debidas a estafilococo, una bacteria que provoca foliculitis, el virus del herpes simple, que produce pequeñas ampollas y que se transmite también por contacto directo y los dermatofitos, que causan las tiñas.