El consumo de cocaína en personas con depresión es una forma de automedicación contra los síntomas de la enfermedad

Los especialistas en patología dual defienden la hipótesis de que las personas con trastornos mentales recurren al consumo de sustancias para mejorar su sintomatología, no por vicio
La adicción a la cocaína puede complicar el cuadro depresivo al añadir un cuadro psicótico, con síntomas paranoides producidos por los efectos de esta sustancia
Los pacientes con depresión resistente, es decir, que no responden a los fármacos, son más vulnerables a recurrir a la automedicación con cocaína

Las personas con patología dual sufren una adicción y otro trastorno mental al mismo tiempo. Desde esta perspectiva, el consumo de cocaína en individuos con depresión es una forma de automedicarse contra su sintomatología clínica. "Esta droga mejora muy rápidamente los síntomas, pero su efecto tiene una vida media muy corta, de unos treinta minutos, y la depresión es una enfermedad muy prolongada en el tiempo o, incluso, crónica, lo que desencadena una adicción y puede ocasionar un cuadro psicótico con síntomas paranoides producido por la cocaína que se añade al cuadro depresivo", detalla el Prof. Miguel Casas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD).

Aunque el consumo de cocaína se sitúa muy por detrás del alcohol o el cannabis en las personas con patología dual, se ha detectado que esta sustancia es más habitual en las personas con depresión y también con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), cuadros clínicos que pueden ser coincidentes. El especialista destaca que los pacientes con depresión resistente, es decir, que no responden a los medicamentos y cuyo tratamiento fracasa, son los más vulnerables a recurrir a la automedicación/autorregulación con cocaína. "También hay personas con esquizofrenia que acuden a esta sustancia para que mejore su sintomatología negativa".

El presidente de la SEPD ha participado recientemente en el 2º Congreso Mundial de la World Association on Dual Disorders (WADD), celebrado en Florencia (Italia), que ha reunido a centenares de expertos internacionales en patología dual. Allí ha hecho una revisión sistemática de lo publicado en la literatura científica internacional sobre automedicación y cocaína. "Pocos trabajos analizan en profundidad esta hipótesis. Da la sensación de que los autores tienen miedo de apostar por la automedicación porque parece que, con ello, justifican el consumo de drogas, en lugar de criminalizar su uso", señala.

Según el especialista, "un gran estudio multicéntrico cambiaría la perspectiva de la enfermedad: la persona con patología dual consume cocaína para mejorar su sintomatología, no por vicio". De hecho, los psiquiatras españoles son pioneros en el desarrollo del concepto de patología dual que, basándose en la investigación en neurociencias, indica que las adicciones no se eligen, sino que solo se producen en individuos vulnerables.

La depresión: una enfermedad común, pero enmascarada

La prevalencia de la depresión entre la población con patología dual en los centros de tratamiento es de entre el 40% y el 60%. No obstante, el reto es que los pacientes reconozcan los síntomas de la depresión como una enfermedad y acudan al especialista.

"Muchos de ellos tienen un cuadro clínico de depresión, pero no lo saben y recurren al consumo de sustancias. La depresión es una patología que no se reconoce como tal y que se enmascara como mal humor o ansiedad", apunta el catedrático. El presidente de la SEPD subraya que los tratamientos antidepresivos, bien pautados por los especialistas con la elección del fármaco adecuado, duran en el tiempo y mejoran considerablemente la sintomatología de la depresión.

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