El diagnóstico precoz de la depresión favorece la recuperación funcional y reduce el riesgo de recaída

Optimizar el tratamiento de forma temprana, pilar clave
Síntomas cognitivos, trastornos del sueño y fatiga, entre los síntomas residuales más frecuentes en depresión

La depresión constituye un problema de salud pública que conlleva un elevado impacto socioeconómico. A pesar de su elevada prevalencia (3,5 millones de españoles viven con depresión) persiste, todavía, un alto infradiagnóstico. Así, entre el 30-50% de los pacientes están sin diagnosticar, según han puesto de manifiesto los expertos que han impartido el Taller "Tratamiento en el paciente con depresión en la consulta de Atención Primaria", en colaboración con el laboratorio farmacéutico Lundbeck, en el marco del reciente Congreso Nacional de Medicina General y de Familia (SEMG), celebrado en Bilbao.

"El 44,2% de la patología psiquiátrica se diagnostica en Atención Primaria", ha remarcado el Dr. Rafael A. Castro, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del Grupo de Salud Mental de la SEMG, quien ha puesto el acento en la detección de la depresión desde este primer nivel asistencial.

En su opinión, "es fundamental diferenciar la tristeza normal de la patológica y, para ello, debemos valorar si es proporcionada a la causa e intensidad, si interfiere en el día a día y en la funcionalidad de nuestros pacientes, y si aparecen síntomas como alteraciones físicas y cognitivas, además de las emocionales".

Entre los principales problemas diagnósticos que se encuentran los profesionales de Atención Primaria ante la depresión, el Dr. Castro ha destacado, "la necesidad de diferenciar las emociones y reacciones normales de la vida cotidiana de lo que sería un episodio depresivo, el poco tiempo en consulta para una correcta entrevista y la detección de depresión en pacientes sin predominio de síntomas típicos".

El diagnóstico precoz se erige en pieza clave para un buen pronóstico. "Favorece la recuperación funcional y reduce el riesgo de recaída, permitiendo que dos de cada tres personas vuelvan a retomar su vida anterior", ha explicado.

Por su parte, el Dr. Javier de Diego, psiquiatra e investigador en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, ha analizado los frentes abiertos en el abordaje de la depresión, entre ellos, el diagnóstico y el tratamiento precoz y la persistencia de síntomas residuales.

"Optimizar el tratamiento de forma temprana es esencial. Un tiempo más corto hasta el tratamiento apropiado está asociado con mayor probabilidad de respuesta y remisión sintomática, y un retorno más temprano a la funcionalidad normal", ha precisado, ya que "la remisión completa y la recuperación tienen que ser el objetivo natural a perseguir".

Para evaluar los resultados del tratamiento, el psiquiatra del Hospital de Sant Pau, ha defendido establecer un plan de seguimiento del paciente, especialmente en las primeras etapas del tratamiento, con una visita control al menos a las 4-6 semanas tras el inicio del antidepresivo, y el uso de escalas de evaluación de la sintomatología depresiva para una estimación más objetiva del grado de respuesta.

Para la selección del antidepresivo, "se deben tener en cuenta las características asociadas al paciente, tales como las características clínicas de la depresión, comorbilidades, grado de respuesta y tolerabilidad en ensayos antidepresivos previos y sus preferencias, y las asociadas a la medicación, como eficacia, tolerabilidad, interacciones, simplicidad de uso, coste y disponibilidad", ha explicado.

Además, ha abordado los factores que pueden condicionar una respuesta insuficiente al tratamiento antidepresivo y los pasos a seguir si fracasa la primera línea de tratamiento, así como la importancia de los síntomas residuales de la depresión. "La presencia de síntomas residuales se asocia a mayor deterioro funcional, mayor número y rapidez de recurrencias, mayor riesgo de cronicidad, conducta suicida y consumo de recursos sanitarios".

Y es que, en fase de remisión, suelen persistir de promedio dos síntomas del trastorno depresivo, "siendo los más comunes los síntomas cognitivos, los trastornos del sueño y la fatiga".

Ambos especialistas han puesto también el foco en el abordaje compartido de la depresión entre Atención Primaria y hospitalaria, una participación conjunta de ambos niveles asistenciales en la prestación planificada de atención, con un intercambio ágil de información. De hecho, la detección de esta enfermedad en poblaciones especiales, así como en aquellos casos de mayor complejidad, que cursen, por ejemplo, con síntomas psicóticos, patrón estacional, ideación suicida, etc, pueden requerir de un abordaje más colaborativo entre ambos recursos sanitarios.

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