¡La rodilla del cincuentón!

El ejercicio físico moderado reduce el riesgo de artrosis en las articulaciones por encima de los cincuentas años

Para un chaval de 18 años con la rodilla dañada el centro de su vida es la recuperación de esa articulación. En el caso de una persona de 50 años, están su familia, su trabajo y después la recuperación
El sobrepeso y el sedentarismo propio de esas edades dañan más el cartílago que el ejercicio físico moderado, acorde a las características físicas del individuo

La práctica de deporte a partir de los cincuenta años es peligrosa. Eso es lo que dice la voz de la calle, una frase que no encuentra refrendo en la comunidad científica. Más al contrario, el traumatólogo Mikel Sánchez, coordinador de la mesa que lleva por título La rodilla del cincuentón en el IV Congreso conjunto AEA-SEROD (XXXIV Congreso de la Asociación Española de Artroscopia y la XXXV Congreso de la Sociedad Española de Rodilla), envía un mensaje concluyente: "el sobrepeso y el sedentarismo dañan más el cartílago que el ejercicio físico moderado, acorde a las características físicas del individuo. Al fin y al cabo, el hombre es un animal. Humanizado, sí; pero un animal. Como un jabalí o un león. El ejercicio le mantiene en forma".

Asume el experto que "la naturaleza tiene unos mecanismos de reparación de los tejidos. Cuando hay una lesión, sangra y en su coágulo están las señales para hacer cosas. Es decir, un hueso se rompe y las células del hueso saben que tienen que empezar a fabricar hueso. Ese lenguaje celular lo hacen unas proteínas, factores de crecimiento, que están en las plaquetas y en el plasma. Es cierto que a medida que pasan los años, por muy en forma que se encuentre el individuo, la recuperación de una lesión de rodilla es más costosa cuando tiene 50 años de vida que cuando tiene 20 años".

Más allá de las características fisiológicas propias de la edad, Mikel Sánchez subraya otros puntos a tener en cuenta. "Para un chaval de 18 años con la rodilla dañada el centro de su vida es la recuperación de esa articulación. En el caso de una persona de 50 años, están su familia, su trabajo y después la recuperación. Ese reparto, este desequilibrio de tiempos, también influye", puntualiza.

Apunta Mikel Sánchez que "algunos cincuentones se ponen a hacer deporte, se lesionan, se comparan a los profesionales, y todos quieren ganar a sus compañeros. La obsesión por la competición es desmesurada y provoca muchas lesiones pero el ejercicio físico moderado, acorde a las características de cada persona no solo no es nocivo sino recomendable para una buena salud."

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