1 de octubre, Día Europeo de la Depresión

El incremento del consumo de psicofármacos evidencia un aumento de la ansiedad y la depresión en la sociedad

La ansiedad y la depresión son los trastornos mentales de mayor prevalencia hoy en día

"Los trastornos mentales de mayor prevalencia en nuestro entorno son los trastornos afectivos, la depresión y los trastornos de ansiedad. Nuestra época constituye un caldo de cultivo, por múltiples razones sociales, para el padecimiento de estas patologías por lo que la atención a la salud mental es un elemento trascendente dentro del terreno de la salud de la población. En las sociedades occidentales se aprecia un aumento de estos trastornos, como muestra el hecho del incremento del consumo de psicofármacos en la población general", explica el doctor José Mariano Galletero, psiquiatra y director médico de IMQ Amsa, con motivo de la celebración del Día Europeo de la Depresión.

A pesar de lo anterior, "muchas personas que los padecen no buscan ayuda profesional y ello constituye un serio problema de salud pública, y en esta época de incertidumbre tenemos un factor de riesgo añadido. Es llamativa esta actitud, que puede deberse a diferentes motivos como la vergüenza, el miedo a la estigmatización o la mala fama que siempre han tenido los trastornos mentales, existiendo remedios desde diferentes modelos de atención psicológica y psiquiátrica que pueden disminuir el enorme sufrimiento que conllevan".

La depresión y los trastornos de ansiedad pueden limitar de forma significativa la vida diaria, con interferencia en el plano laboral, social o familiar. Un elemento importante de estos trastornos es que se pueden presentar síntomas físicos como una parte importante del síndrome clínico (dolores de cabeza, molestias digestivas, cansancio, etc.) y se consulta habitualmente al médico de atención primaria en busca de una causa médica no psiquiátrica y son estos, los médicos de cabecera los primeros en detectar esta psicopatología, y en gran parte de las ocasiones, los que inician un tratamiento farmacológico. Solamente los casos más complicados o que no responden a estos tratamientos iniciales son derivados al especialista.

Aunque en muchas ocasiones podemos detectar factores desencadenantes de estos episodios no siempre hay una relación causa-efecto determinada, de manera que, "sin motivo aparente, el paciente experimenta sentimientos de infelicidad, pérdida de ilusión y de interés en las tareas habituales, así como temores, obsesiones, que no guardan relación con acontecimientos externos", detalla Galletero.

"En esos casos hace un tiempo se hablaba de endogeneidad, de modo que la presencia de algunas alteraciones en la transmisión química del sistema nervioso central podría generar sintomatología ansiosa o depresiva. En dichos casos el abordaje farmacológico es muy eficaz, aunque en todos los casos un acompañamiento psicoterapéutico, para cambiar la visión que el paciente tiene de sí mismo y de su mundo puede ayudar a una mejor resolución clínica", añade el especialista.

La depresión se manifiesta de forma diferente en las diferentes edades de la vida, así "en los adolescentes en lugar de tristeza podemos encontrar una mayor irritabilidad y en los pacientes de edad avanzada los síntomas hipocondriacos, las ideas de ruina o de culpa tienen una mayor presencia", describe Galletero.

Aunque no es frecuente que existan síntomas psicóticos (delirios o alucinaciones), en las llamadas depresiones psicóticas se pueden hallar estas manifestaciones. "Distinguir la tristeza patológica y la ansiedad patológica no siempre es fácil pero si tenemos en cuenta que el afecto no guarda relación ni por intensidad ni por duración con agentes externos supone una guía importante".

Hoy en día, es el diálogo con el paciente y la atención a su sintomatología la que permite realizar un correcto diagnóstico. "Si tenemos una tristeza que no podemos explicar por los acontecimientos vitales, perdemos la ilusión, el interés por las tareas habituales, dormimos mal, perdemos el apetito y adelgazamos y, un elemento importante, tenemos ideas de muerte o de suicidio son señales de que un trastorno afectivo está presente", alerta el psiquiatra. "Siempre hay que valorar en un enfermo depresivo la presencia de ideas de muerte o de suicidio. Poder hablar de ello ayuda a resolver el problema. Tenemos que tener en cuenta que en el 80% de los suicidios se puede detectar una patología mental", apostilla el doctor.

En el caso de los trastornos de ansiedad, aunque habitualmente de menor gravedad que los depresivos pueden presentar cierto carácter crónico limitante. En estos casos las técnicas psicoterapéuticas suelen ser muy eficaces. "El pronóstico de estos cuadros es favorable en la mayoría de los casos y el paciente recupera un nivel de funcionalidad adecuado. En estos casos como en otros, el diagnóstico y tratamiento precoz son las herramientas principales con las que cuenta el profesional".

Avances en tratamientos

Los avances farmacológicos en las últimas décadas "han sido enormes y el estudio de la neurotransmisión nerviosa ha permitido actuar químicamente sobre receptores cerebrales responsables de la regulación de los afectos, principalmente la serotonina, aunque en los últimos años se están realizando investigaciones con otros receptores cerebrales que abren nuevas vías terapéuticas", explica. "En todo caso no podemos olvidar las intervenciones psicoterapéuticas (terapia cognitivo-conductual, dinámica) que contribuyen a una buena evolución. Un tratamiento adecuado nos permite aliviar un sufrimiento inútil y de otro lado hospitalizaciones o complicaciones irreversibles como el suicidio. El conocimiento de  los aspectos básicos de estos trastornos, evitando etiquetas estigmatizantes, van a ser de gran ayuda para nuestros familiares, amigos o compañeros", concluye el doctor Galletero.

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