La plataforma Da Vinci más evolucionada, la Xi, ha permitido la realización de la primera linfadenectomía inguinal por vía robótica en nuestro país. Esta intervención, que consiste en la extirpación de los ganglios de la ingle a ambos lados en pacientes con cáncer de pene avanzado que requieren de la extirpación no solo del pene, sino también de los ganglios de alrededor, suele realizarse por cirugía abierta. "Se han descrito algunos casos de linfadenectomía inguinal por vía laparoscópica, pero nunca por vía robótica", asegura el Dr. Carlos Núñez, jefe del Servicio de Cirugía Urológica de MD Anderson Madrid y el profesional que ha liderado esta intervención pionera.
"Uno de los principales problemas que tiene la realización de esta intervención por cirugía abierta son las heridas que se forman en el pliegue inguinal y que tienen una gran morbilidad; es decir, que ocurre en un porcentaje muy elevado de los casos", explica este profesional. "Al ser una zona muy sucia, las heridas se abren, se infectan... y, en ocasiones, pueden tardar incluso más de un mes en cerrarse", continúa el doctor Núñez, que se muestra muy satisfecho de haber podido realizar con éxito esta intervención con el robot Da Vinci, de forma que no es necesario hacer ninguna incisión cutánea inguinal, solo cuatro pequeñas incisiones de menos de un centímetro en el muslo y el paciente se va a casa sin el problema de las heridas.
La principal ventaja del último modelo de Da Vinci es precisamente la posibilidad de trabajar en espacios de tamaño muy reducido, ya que los brazos son mucho más finos y ligeros. "Esto permite una mayor movilidad sin que los brazos choquen entre sí, lo cual abre la puerta a realizar cirugías muy precisas en áreas muy pequeñas en las que antes era imposible pensar en una cirugía de este tipo", aclara el doctor Núñez.
Además, Da Vinci ofrece multitud de ventajas frente a la laparoscopia como, por ejemplo, la flexibilidad. "Da Vinci permite hacer movimientos de muñeca e incluso es posible entrar en una intervención quirúrgica de lado o de atrás hacia delante, cosas que no te permite la rigidez de la laparoscopia", señala este experto. Además, es importante destacar también la ampliación de la visión gracias a este sistema. "No es solo que la definición y la nitidez de la imagen en 3D sea mucho mejor, sino que además permite el manejo de un número mayor de brazos de los que son posibles utilizar con la laparoscopia", indica este especialista.
Estructura del robot Da Vinci
Da Vinci tiene cuatro brazos motorizados conectados a una consola que maneja el oncólogo quirúrgico y es capaz de reproducir sus movimientos en el quirófano. Gracias a un sistema de siete pedales, este profesional es capaz de ir cambiando de un brazo a otro e ir simultaneando también con la cámara, de forma que el campo de trabajo y las posibilidades de actuación son mucho mayores incluso en espacios muy reducidos.
El robot Da Vinci permite que sea el propio oncólogo quirúrgico quien maneje la cámara, algo que no es posible con la técnica laparoscópica. "En la laparoscopia, es el ayudante quien maneja la cámara, con lo cual tú estás operando a través de los ojos del ayudante, que no siempre enfoca exactamente lo que tú quieres ver", señala el doctor Núñez, algo que cambia de forma sustancial con el sistema Da Vinci, en el que es el propio oncólogo quirúrgico quien calcula las distancias y enfoca lo que necesita en cada momento.
Además de en linfadenectomía inguinal, el robot Da Vinci puede ayudar en la realización de otras cirugías urológicas laparoscópicas, como la prostatectomía radical con preservación de nervios, la nefrectomía parcial, la linfadenectomía pélvica, etcétera.