En el marco del XVI Foro Nacional ADENYD que se celebra en Toledo del 2 al 4 de octubre bajo el lema "Innovando en cuidados nutricionales"

El yogur ayuda a conseguir un aporte adecuado de calcio en niños y adultos con intolerancia a la lactosa

Las personas con algún grado de intolerancia a la lactosa, suelen rechazar el consumo de leche y sus derivados, lo que compromete la calidad de su dieta
El consumo aconsejado de lácteos es de 2-3 raciones al día para la población en general y 3-4 raciones en embarazo, lactancia, adolescencia, deportistas y personas mayores
La inclusión de yogur en la dieta abre vías innovadoras de cuidados nutricionales en el ámbito de la enfermería

La presencia de yogur en la dieta se asocia a una mayor calidad de la dieta en general, y su consumo se ha relacionado con una mayor protección frente a diferentes  síntomas, como pueden ser los que provoca la maldigestión a la lactosa. La evidencia en torno a estas características ha sido un punto de encuentro para los expertos  que participaban en el seminario "Intolerancia a la lactosa. La importancia del yogur para la salud" celebrado en el XVI Foro Nacional ADENYD (Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética), que han señalado el yogur como una propuesta innovadora de prevención y tratamiento a tener en cuenta por profesionales  sanitarios especializados en nutrición y dietética.

La prevalencia de intolerancia a la lactosa es un problema común, que afecta a entre el 7 y el 20% de la población  caucásica europea. En España, se estima una prevalencia de entre el 35 y el 40% de la población adulta y sus síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal y flatulencia  tras su ingesta. Las personas con algún grado de intolerancia a la lactosa, suelen rechazar el consumo de leche y sus derivados.

Este patrón se repite entre la población  infantil. En un estudio en niños españoles de 8 a 13 años (5), se comprobó que aquellos que habían recibido un diagnóstico de intolerancia a la lactosa consumían menos lácteos, y tenían menor ingesta de calcio que los niños sin intolerancia. En el subgrupo de niñas, la estatura era significativamente menor, lo que podría estar  condicionado por la menor ingesta de calcio.

La falta de consumo de lácteos compromete la calidad de la dieta y aumenta el riesgo de no cubrir las cantidades diarias  recomendadas de ciertos nutrientes. "En el caso del yogur y las leches fermentadas, debido al proceso de elaboración y a la propia fermentación bacteriana, disminuye  el contenido en lactosa, y se acidifica el medio, lo que mejora la biodisponibilidad de minerales como el calcio, el fósforo, o el magnesio, e incluso se incrementa el  contenido de vitaminas como los folatos (1)" ha señalado la Dra. Ana M. López Sobaler, profesora Titular de Nutrición y Directora del Departamento de Nutrición y  Bromatología de la Facultad de Farmacia de Universidad Complutense de Madrid.

Consumo insuficiente de lácteos también en los no intolerantes. Los lácteos son  alimentos valiosos desde el punto de vista nutricional, tanto por la cantidad de nutrientes que proporcionan como por su calidad. Más allá de ser conocidos por su  importancia como fuente de proteínas de alto valor biológico y de ser fuente del calcio más biodisponible, contienen también vitaminas como A, D y Vitaminas del grupo  B y minerales como el fósforo o el magnesio, entre otros nutrientes. En palabras de la Dra. López Sobaler, "el consumo aconsejado de lácteos es de 2-3 raciones diarias  en la población general, y de una más (3-4 raciones/día) en mujeres embarazadas, mujeres en periodo de lactancia, adolescentes, deportistas y ancianos, porque tienen  unas necesidades mayores de calcio y otros nutrientes".

Los estudios realizados en España indican que un porcentaje elevado de la población no alcanza este consumo aconsejado. En mujeres de 17 a 60 años españolas se observa que un 56.1% no alcanza el consumo mínimo aconsejado de lácteos, y más aún, en el  subgrupo de mujeres de 45 a 60 años, en lasque se aconsejan al menos 3 raciones/día, el 75% presenta un consumo insuficiente (3).

En escolares de 7 a 16 años se  observa un consumo medio de 2.4±2.0 raciones/día, y un 59.2% no consume al menos 2 raciones diarias (2). "Se ha demostrado que el yogur puede ser una estrategia adecuada para cubrir las necesidades de calcio en niños, más aún en aquellos que presentan mal digestión a la lactosa, debido a la alta aceptación hacia este alimento,  que puede consumirse en diferentes momentos del día. Además, se ha comprobado también su utilidad en la alimentación de niños pequeños con diarrea  aguda y malabsorción de hidratos de carbono", ha comentado el Dr. José Manuel Moreno Villares, pediatra de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital 12 de Octubre  de Madrid.

Como conclusión a la sesión, la Dra. López Sobaler ha comentado: "teniendo en cuenta las evidencias científicas que recomiendan la ingesta de yogur para  mejorar la digestión de la lactosa en individuos con maldigestión de la misma, se hace necesario proporcionar pautas específicas y asesorar a este colectivo respecto al  consumo de yogur como alimento que pueden recomendar en la dieta diaria por su mayor grado de tolerancia, valorando cada caso de forma individualizada. En este  sentido, el colectivo de enfermeras, juega un papel fundamental en la asignación de pautas alimenticias que contribuyan en la salud de las personas".

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