En esquizofrenia la prevalencia de un trastorno dual (que la misma persona presente además del trastorno mental, un trastorno por uso de sustancias de manera simultánea o secuencial) se sitúa en torno al 40-60 % sin tener en cuenta el tabaco, en cuyo caso, la prevalencia de ambos trastornos asciende hasta un 90 %. Esta prevalencia nos da una idea de la importancia de abordar el tratamiento de ambos trastornos de una manera integrada. Es decir, es muy importante tener la capacidad de tratar ambas patologías por un mismo equipo y en un mismo dispositivo. Aunque pueda parecer una obviedad resulta más una excepción que la norma.
Estas afirmaciones han sido realizadas por la Dra. Natalia Mendiola, psiquiatra de la Red de Salud Mental de Álava, durante la conferencia Modelo de integración para la patología dual en esquizofrenia que se ha celebrado en el XXXII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría. Se trata de la reunión decana de la Psiquiatría estatal y de referencia anual en la que se presentan las actualizaciones y líneas estratégicas en salud mental.
En esta línea, la experta ha explicado que "los pacientes con esquizofrenia y consumo de sustancias tienen unas particularidades respecto al paciente con esquizofrenia no consumidor o al paciente adicto sin otra patología. Estas particularidades exigen de respuestas contundentes por parte de los profesionales que nos dedicamos al campo de atención de la salud mental y de la adicción". "Por lo general, estos pacientes van a tener una mayor gravedad clínica, una mayor tendencia a la cronicidad, mayor riesgo de recaídas y hospitalizaciones, peor adherencia a los distintos tratamientos y mayor riesgo de conductas violentas y suicidio consumado".
En este contexto, la Dra. Mendiola ha lamentado que "a día de hoy todavía son mayoría las Comunidades Autónomas que tienen separadas las redes de atención de salud mental y las de adicciones; viéndose obligadas a tratar a estos pacientes de manera secuencial, en función del trastorno más fundamental o de forma paralela y en dos dispositivos distintos".
"Esto suele conllevar una deficiente coordinación entre los equipos, intervenciones duplicadas y el conocido fenómeno de la Puerta equivocada, en el que el paciente con frecuencia es excluido de los recursos de ambas redes sin llegar a encontrar su sitio", ha denunciado la experta, quién ha afirmado que "el abordaje de estos pacientes supone un verdadero reto para los profesionales que los atendemos, tanto a nivel diagnóstico como terapéutico". "Por ello, nos resulta fundamental seguir trabajando por la implantación del modelo de atención integrada en psicosis dual", ha apostillado.
Equipo profesional
Para llevar a cabo este trabajo, ha aseverado la especialista, "es necesario contar con un equipo multidisciplinar entrenado y al mismo tiempo disponer de una amplia oferta de programas, siendo necesarios tanto abordajes farmacológicos como psicoterapéuticos, intervenciones individuales y grupales, orientación y apoyo a las familias y atención social". "El objetivo de todo ello es trabajar hacia la reducción del consumo y en último término hacia la abstinencia. Por otra parte, alcanzar una estabilidad psicopatológica que permita al paciente recuperar habilidades perdidas, mejorar sus capacidades cognitivas y restablecer un funcionamiento lo más normalizado posible en los distintos ámbitos".
"En los casos más graves, es necesario el tratamiento hospitalario. Y por otra parte, se hace necesario seguir dando a conocer las especificidades de estos pacientes, su alta prevalencia y la necesidad de recursos altamente especializados para su correcto abordaje", ha concluido.