La enfermedad cardiovascular continúa siendo la primera causa de muerte a nivel nacional. A esta situación hay que añadir una nueva con la que se están encontrando los especialistas como es que durante la pandemia se han duplicado las muertes por infarto.
"Estamos viendo en los hospitales como se han duplicado los fallecimientos por infarto frente al periodo previo y esta situación se está viviendo a nivel nacional, tal y como recoge además un estudio de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología, que nos confirma que la infección por la COVID-19 ha tenido un tremendo impacto sobre la letalidad por infarto agudo de miocardio. En lo que va de 2020 ya han fallecido 120.859 personas por enfermedad cardiovascular frente a las 35.298 que han perdido la vida tras infectarse por la COVID-19", afirma el Dr. Juanjo Gómez Doblas, jefe del servicio de cardiología del Hospital Vithas Xanit Internacional.
Importancia de una atención temprana
Según el doctor, "uno de los motivos de este incremento de fallecimientos viene motivado porque ha aumentado el tiempo que pasa desde que una persona empieza con los síntomas de un infarto hasta que pide asistencia médica y la recibe. El pronóstico de una persona que ha sufrido un infarto está estrechamente relacionado con el tiempo de evolución del infarto. Según el propio estudio de la Asociación de Cardiología Intervencionista, antes de la COVID-19 el tiempo era de 200 minutos y durante la pandemia ha alcanzado los 233, lo que afecta directamente a un incremento de la mortalidad así como al surgimiento de otras complicaciones derivadas del infarto", matiza el especialista.
"Tenemos que evitar que vuelva a pasar lo que sucedió durante la primera ola y es que los pacientes temían acudir a los hospitales por miedo a contagiarse. La atención temprana es vital, los pacientes tienen que tener muy presentes los síntomas del infarto especialmente si tienen alguna enfermedad cardiovascular y/o factores de riesgo como hipertensión, diabetes, tabaquismo, obesidad, etc.", añade el doctor.
Entre las recomendaciones que da el especialista a los pacientes con enfermedades cardiovasculares se encuentran continuar con su medicación, realizar una alimentación equilibrada, evitar el tabaco y practicar ejercicio físico.
Síntomas de un infarto
Con respecto a los síntomas, el Dr. Gómez aclara que los más habituales son dolor en la zona del esternón que no disminuye aunque se realice movimientos del cuerpo ni con la respiración. Y que se puede extender hacia otras zonas del cuerpo, como el brazo izquierdo, la mandíbula, el cuello y la espalda principalmente. Otro de los síntomas más frecuentes son sudor frío y mareo.
Aunque el especialista añade que "también existen otros síntomas no tan habituales, entre los que están el dolor en la parte alta del abdomen, dificultad para respirar o pérdida de conocimiento, etc.".
Por otra parte, los pacientes con enfermedades cardiovasculares suelen manifestar una peor evolución cuando sufren una infección por la COVID-19. Incluso pacientes sin problemas cardiovasculares previos pueden desarrollarlos debido al daño directo que ocasiona el coronavirus sobre el corazón.