Expertos aseguran que el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios son una epidemia, no la obesidad

El cambio de estilo de vida de los pacientes, tanto desde el punto de vista de la alimentación como del ejercicio físico, se debe abordar de manera personalizada y multidisciplinar

Las personas que padecen sobrepeso u obesidad requieren de un diagnóstico preciso y de un plan de tratamiento individualizado e integral. Por ello, y para mejorar la atención clínica de estos pacientes, la Fundación Jiménez Díaz celebró recientemente la tercera edición de su Programa de Excelencia en Obesidad. Dirigido por la Dra. Clotilde Vázquez, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital y directora del Instituto de Sobrepeso y Obesidad, a lo largo de las tres jornadas que duró la formación, un grupo seleccionado de endocrinos pudieron actualizar sus conocimientos en esta enfermedad, cuya incidencia ha aumentado significativamente en los últimos años.

"No solo se trata de una cuestión de estilo de vida, sino que existen más factores que se deben abordar", asegura la Dra. Vázquez, quien añade que, para diagnosticar la obesidad y acertar con el tratamiento, hay que ver qué elementos están operando en cada individuo y qué mecanismos están conduciendo a un almacenaje excesivo de grasa: "Existen personas con un componente genético muy importante y otras en las que éste es moderado pero, en cambio, su estilo de vida es mucho peor, o tienen alguna disfunción metabólica asociada".

Un abordaje multidisciplinar de la obesidad

La obesidad es una enfermedad que dispone de aspectos propios cuantificables para su diagnóstico y tratamiento, por lo que "hay que disociarla de otras patologías como la diabetes", comenta la especialista. Asimismo, insiste en que "no es una epidemia", frente al sedentarismo y a nuestra forma de comer, que viene impuesta por horarios y por oferta, que sí que lo son. "Ese sedentarismo nos lleva a engordar, pero no a todo el mundo en la misma medida. Ahí es donde hay que distinguir", matiza la endocrina.

En este punto, resulta fundamental abordar el cambio de estilo de vida de los pacientes de manera multidisciplinar, incorporando todas las especialidades necesarias para trabajar el problema de forma personalizada: Endocrinología, Nutrición, Cirugía, Nutrigenética, Ejercicio Físico y Psicología.

Desde el Instituto de Sobrepeso y Obesidad de la Fundación Jiménez Díaz se diseña un plan que incluye una metodología de intercambios de actividad física para conocer cómo se traduce en minutos una determinada actividad y cómo puede el paciente ir cambiando y planificar su día a día. "No es suficiente decirle que haga más ejercicio y coma mejor, sino que hay que conocer cómo abordar su situación de manera precisa y organizar su alimentación para que se adecúe a un patrón que le ayude a quemar grasa a él", apunta. En este sentido, la Nutrigenética ayuda en algunos casos a determinar qué tipo de alimentación y hábitos vitales pueden ayudar mejor a perder peso a cada persona concreta.

Solo en algunos casos se recomienda la intervención quirúrgica para la pérdida de peso (bypass gástrico o sleeve); de hecho, tan sólo entre un 5 y un 10 por ciento de los pacientes que acuden a consulta son tributarios de cirugía. "Cuando el objetivo es perder entre 50 y 60 kg de grasa es difícil conseguirlo con tratamiento no quirúrgico; lo cual no quiere decir que de forma previa y posterior a la cirugía no tengamos que actuar médicamente", indica la Dra. Vázquez. Otras veces, todas las herramientas que se ponen en marcha, fármacos incluidos, resultan inefectivas y la obesidad, aunque no sea masiva, supone mucho daño. "Aunque se trate de una obesidad de grado 2 o 3, y no de grado 4, hay pacientes que pueden tener, además, diabetes, hipertensión, hígado graso… y ser por tanto candidatos a cirugía", apunta.

La psicología como herramienta para tratar la obesidad

El abordaje psicológico resulta de gran importancia en la obesidad. "La mayoría de las personas no necesitan ir al psiquiatra o tomar psicofármacos, pero sí hay que tener en cuenta los factores emocionales, que son contribuyentes, secundarios o derivados", comenta la especialista, reconociendo que, "a veces, la ansiedad contribuye al almacenaje de grasa, porque hace comer más, mientras que otras personas están ansiosas o deprimidas como consecuencia de su obesidad; y, en ocasiones, se juntan las dos cosas".

En la primera consulta, el paciente debe cumplimentar una serie de cuestionarios que discriminan aquellas personas que van a necesitar un apoyo individual psicológico o psiquiátrico, y algunas veces incluso farmacológico. Dependiendo de la puntuación que obtenga, puede necesitar ser derivado, o simplemente acudir a un grupo en el que se trabaja la psicohigiene, la compulsividad y la emoción.

Un servicio de excelencia en obesidad

Dirigido por la Dra. Clotilde Vázquez y formado por los mejores profesionales en la materia, el Instituto de Sobrepeso y Obesidad -Overweight & Obesity Institute (OOI)- nace en el seno de la Fundación Jiménez Díaz con el fin de ofrecer un tratamiento personalizado para cada paciente basándose en la última evidencia científica disponible.

"Desde hace años contamos con la certificación de centro líder por parte de la Sociedad Europea para el estudio de la Obesidad gracias a nuestra capacidad de respuesta y de organizar un tratamiento integral con todas las innovaciones incorporadas a la clínica", señala la directora del instituto que, además, pertenece a Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).

Una muestra más de su liderazgo y excelencia es el Manual de Obesidad, recientemente coeditado por las doctoras Vázquez y Ana Isabel de Cos, y entre cuyos más de 30 autores -casi todos profesores del Master de Obesidad y sus comorbilidades: prevención, diagnóstico y tratamiento integral, que ya ha celebrado siete ediciones- figuran muchos de la Fundación Jiménez Díaz.

Tras una actualización de los conocimientos en etiopatogenia, investigación básica y epidemiología, el libro se centra en la caracterización clínica de la obesidad y las enfermedades asociadas. Así, y en base a las diferentes presentaciones de la enfermedad, los elementos causales y mantenedores, y su perfil pronóstico, en el texto se presentan diferentes herramientas terapéuticas de manera práctica: desde la metodología en el cambio de estilo de vida hasta las nuevas herramientas farmacológicas, pasando por las novedades quirúrgicas y el diagnóstico y abordaje psicológico.

Una visión clínica rigurosa del diagnóstico y tratamiento personalizado e integral de la obesidad, con una proyección eminentemente práctica que, como explica su coeditora, "contribuirá a una mejor atención de la persona con obesidad y a una mayor preparación de quienes desde distintos ámbitos, deben tratar esta enfermedad".

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