En el marco del Día Mundial sin Tabaco que se celebra hoy, los expertos recuerdan que aunque este hábito suele relacionarse con patologías de tipo pulmonar, cardiovascular y cancerígeno, también puede influir negativamente en la fertilidad, tanto del hombre como de la mujer.
El 30% de las mujeres en edad reproductiva son fumadoras, un factor que influye directamente en su fertilidad, ya que las mujeres que fuman suelen presentar una peor calidad ovocitaria y embrionaria, un incremento de las anomalías cromosómicas y su menopausia se puede adelantar entre uno y cuatro años.
En el caso de que la mujer fumadora tenga que recurrir a un tratamiento de fertilidad también puede encontrarse con más problemas para lograr un embarazo que una que no lo es. Según explica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la Clínica Ginefiv, "el efecto que causa el tabaco sobre estas mujeres es comparable a tener diez años más, y ese incremento a la hora de ser madre es muy alto".
Además, durante la gestación se pueden producir graves consecuencias en las mujeres fumadoras como abortos, prematuridad o incluso muerte súbita del lactante. Según los expertos, la pérdida de fecundidad asociada al tabaquismo puede restituirse al año de dejar de fumar.
Por otro lado, en el caso del hombre, fumar puede repercutir en la calidad y la cantidad del esperma lo que dificulta la consecución del embarazo, incluso aunque la pareja se someta a tratamientos de reproducción asistida. Las sustancias como la nicotina y los compuestos tóxicos como los polifenoles, hidrocarburos cromáticos e incluso pesticidas, presentes en los cigarrillos, pueden provocar fragmentaciones del ADN que contiene el espermatozoide lo que supone una disminución importante de las posibilidades de fecundación.