En los últimos años diversas evidencias científicas muestran como nuestro organismo asimila de manera diferente las calorías en función de la hora del día, de manera que, por ejemplo, comer o cenar tarde se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad. Cada día nuestras vidas giran en torno a un reloj interno que tenemos en nuestro cerebro y que regula nuestro organismo y organiza nuestro ritmo de vida. De esta forma, nos prepara para que durante el día estemos activos: trabajemos, pensemos o comamos, mientras que por la noche prepara al cuerpo para dormir, repararse y ayunar, en sincronía con los ciclos de luz-oscuridad que caracterizan el día.
Con el objetivo de evaluar el impacto que tienen los horarios de sueño sobre la alimentación y la actividad física de los niños, Blemil, la marca de leches infantiles de Laboratorios Ordesa, impulsa el estudio ALEXIS liderado por la Dra. Maria Izquierdo y la Dra. Fernanda Zerón, profesoras del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía del Campus de la Alimentación Torribera de la Universidad de Barcelona. La investigación analizará cuál es el efecto de las rutinas y los horarios, especialmente en niños y adolescentes, para intentar crear pautas saludables que encuentren la manera de sincronizar los horarios y rutinas de sueño, alimentación y actividad física con nuestro reloj interno para que la salud de nuestros hijos resulte beneficiada.
Los estudios anteriores de la Dra. Izquierdo y la Dra. Zerón, realizados en esta línea con población adulta, concluyeron que la regularidad en los horarios de sueño es un factor importante para promover la salud entre los adultos jóvenes. Por ejemplo, alterar nuestros horarios de sueño o de las comidas durante los fines de semana puede favorecer un aumento del índice de masa corporal o el sobrepeso. Por tanto, la regularidad de los horarios puede ser un factor con un impacto positivo sobre la salud y el bienestar.
De esta forma, la obesidad y patrones alimentarios poco saludables, podrían estar relacionados con los desórdenes de horarios. "Estos estudios pueden ser especialmente relevantes si aportan datos para establecer recomendaciones desde los primeros años de vida y en la adolescencia para prevenir el sobrepeso y favorecer la adherencia a una dieta más saludable", explica la Dra. Maria Izquierdo.
"Además de la dieta y el ejercicio, que son dos pilares en el tratamiento de la obesidad, también se deberían tener en cuenta factores como la regularidad en el horario de las comidas, ya que sabemos que tiene un impacto sobre nuestro peso corporal", explica la Dra. Zerón. "Tanto cenar tarde o demasiado, como saltarse el desayuno se ha relacionado con el aumento de la prevalencia de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes tipo 2", añade la Dra. Zerón.
El cuerpo asimila de manera diferente las calorías en función de la hora del día, como se ha demostrado en diferentes estudios. Por otro lado, según los datos obtenidos hasta la fecha, se ha observado que la frecuencia de las comidas también es un factor que incide en nuestro ritmo circadiano y que puede ser un patrón más saludable hacer de 5 a 6 comidas al día.
"Actualmente no tenemos evidencia científica suficiente que nos ayude a comprender el impacto de los horarios irregulares sobre el metabolismo de niños y adolescentes. Una reciente investigación ha concluido que, en niños de 8 a 12 años, el hecho de cenar tarde incrementa el riesgo de obesidad respecto a los que cenan temprano. No obstante, son necesarias más investigaciones que nos permitan extrapolar recomendaciones para la población infantil y adolescente", afirma la Dra. Izquierdo.
ALEXIS es un estudio observacional que, durante un año, analizará los hábitos de niños entre 2 y 12 años para recoger información sobre sus horarios de sueño y de las comidas, evaluando la calidad del sueño, el grado de adherencia a la dieta mediterránea o el nivel de actividad física que realizan. Además, se recogerán datos como el peso y la talla de los niños, con la finalidad de conocer la relación que existe entre la irregularidad de horarios y el peso corporal en niños y adolescentes. Pueden participar todas aquellas personas interesadas con hijos en esta franja de edad a través de los siguientes enlaces:
- Para niños/as de 2 a 4 años
- Para niños/as de 5 a 12 años
Gracias a los resultados del estudio se podrá constatar si las evidencias científicas existentes en adultos jóvenes se pueden trasladar a edades menores, y poder elaborar recomendaciones de horarios y rutinas de sueño, alimentación y actividad física que contribuyan a mejorar la salud y el bienestar de los más pequeños.