Tras 5 años de seguimiento a voluntarios fumadores, investigadores del estudio observacional Moon Shot han desarrollado un biomarcador en sangre de cuatro proteínas, cuya validación prospectiva ha demostrado una mejora significativa en la capacidad de identificar a individuos con mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Este biomarcador tiene como objetivo facilitar el acceso de estas personas al programa de detección mediante TAC de baja radiación y estará disponible próximamente, lo que permitirá seleccionar a aquellas personas más propensas a desarrollar cáncer de pulmón con mayor precisión que con los métodos que se han utilizado hasta el momento.
El cáncer de pulmón es la causa principal de muertes relacionadas con el cáncer en todo el mundo, y su tasa de mortalidad es la más elevada tanto en hombres como mujeres. Sin embargo, a pesar de las bajas tasas de supervivencia global en cáncer de pulmón de células no pequeñas o no microcítico (NSCLC, por sus siglas en inglés), los pacientes pueden alcanzar supervivencias a 10 años de hasta el 80% cuando se detecta precozmente (estadio I), lo que hace necesario el desarrollo de nuevos programas de screening o cribado.
Por ello, el programa Moon Shot para cáncer de pulmón, enfocado en establecer un panel de biomarcadores en sangre para la detección temprana de este tipo de tumor en personas fumadoras o exfumadoras, ha reclutado a un total de 10.000 voluntarios a los que se ha realizado de forma anual una espirometría, un TAC de tórax de baja dosis y un análisis de sangre. España ha participado en este estudio mundial de cinco años de duración, junto con Estados Unidos, Canadá, China y Francia. Asimismo, este estudio ha supuesto la creación del primer protocolo de detección precoz de esta enfermedad en España. Nuevos criterios poblacionales para mejorar los resultados en cáncer de pulmón
Dos estudios publicados destacaron la relevancia de implementar programas de evaluación anual mediante TAC de baja radiación en personas fumadoras, concluyendo que aquellos que se sometían a este tipo de pruebas de manera periódica experimentaban una disminución del 20% en la mortalidad por cáncer de pulmón, ya que los tumores eran diagnosticados en etapas más tempranas.
De esta forma, países como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido establecieron programas de cribado anuales mediante TAC de baja radiación anual dirigidos a personas fumadoras o exfumadoras desde hace menos de 15 años, de entre 50 y 80 años. "Estos programas de chequeo poblacional presentan enormes ventajas frente a la ausencia de pruebas diagnósticas. No obstante, también tienen consecuencias no buscadas con respecto a la realización de un TAC de baja radiación", señala Natalia Carballo, jefa del Servicio de Oncología Radioterápica de MD Anderson Cancer Center Madrid e investigadora principal del proyecto Moon Shot en España. "Aproximadamente un 25% de los participantes presentaba resultados positivos, lo que significaba que había hallazgos relacionados con un posible cáncer de pulmón. Sin embargo, después de una evaluación adicional, se determinaba que el 96% de los voluntarios no tenía patología", añade la especialista.
Por ello, destaca que, a pesar de la validez del screening mediante TAC de baja radiación, son necesarios nuevos criterios poblacionales para mejorar los resultados. "Una de las formas de obtener resultados más precisos de un programa de chequeo poblacional sería acompañarlos de biomarcadores en sangre que permitan seleccionar a los individuos con más riesgo", puntualiza Carballo.
Una iniciativa de alcance mundial en la lucha contra el cáncer
Este objetivo ambicioso, el de lograr biomarcadores predictivos de cáncer de pulmón, cuenta con el respaldo de la iniciativa de carácter internacional que nació en enero de 2016, cuando el entonces vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden anunció la puesta en marcha de Moon Shots, un programa de alcance mundial con un objetivo muy claro: intentar vencer al cáncer. Para ello, creó 13 iniciativas diferentes, cada una de ellas dedicada a un tipo de tumor distinto, e involucró en ellas a distintos países, razas y nacionalidades, con el objetivo de dibujar un mapa fiable de la enfermedad.