La depresión es el segundo trastorno mental más frecuente entre niños y adolescentes, por detrás de los trastornos de conducta. Aproximadamente un 15% de la población infanto-juvenil muestra síntomas de depresión durante la infancia, según señala UNICEF, apareciendo con más frecuencia en niñas que en niños. A pesar de que esta problemática está cada vez más presente entre los jóvenes, solo una proporción muy reducida recibe un tratamiento adecuado, debido principalmente a que la depresión en adolescentes no muestra la misma sintomatología ni señales que en los adultos, y por ello, muchas veces queda enmascarada y no se llega a detectar. Con motivo del Día Mundial para la lucha contra la depresión el 13 de enero, los expertos del programa RECURRA-GINSO han querido identificar los principales síntomas de la depresión en menores, con el fin de tratar y prevenir las posibles consecuencias.
El origen de la depresión en menores puede ser muy diverso y estar relacionado con distintos factores tanto biológicos (antecedentes familiares con depresión, alteraciones genéticas o cambios hormonales) como psicológicos (baja autoestima, estilo cognitivo rumiativo, déficits en habilidades sociales o tendencia a experimentar estados emocionales negativos) o sucesos externos (situaciones estresantes en la vida de los menores; hechos traumáticos; problemas escolares; crisis políticas, económicas o guerras).
Según los expertos, las personas que han sufrido una depresión son capaces de vivir con normalidad y afrontar la enfermedad. No obstante, deben ser conscientes de que existen algunos factores de riesgo que pueden desencadenar que la depresión reaparezca en un futuro. Para evitarlo e intervenir a tiempo, tendrán que poner atención a posibles signos alarmantes que indiquen una recaída y buscar tratamiento antes de empeorar.
"En la actualidad, gracias a los diversos avances científicos, el tratamiento en la depresión es muy eficaz. Ofrecerle un espacio seguro al joven donde pueda expresar sus dificultades y emociones sin sentirse juzgado, y contar con ayuda de psicoterapeutas y farmacología, en caso de ser necesarios, permitirán que el menor pueda superar la depresión y en un futuro esa experiencia la reelabore, dotándole de una gran madurez y expectativas realistas", explica Beatriz Urra, subdirectora clínica del Hospital de Día Retiro RECURRA GINSO.
En ocasiones, es complicado detectar la enfermedad en los más jóvenes. Por ello, es importante que los padres sean conocedores de ciertas señales que indican que su hijo puede estar sufriendo depresión:
- Estado anímico bajo o tristeza. Si el joven está decaído o triste durante un periodo de tiempo alargado, es conveniente comunicarse con él y escucharle sin emitir juicios ni consejos, dándole un espacio de escucha y mostrándole apoyo para que pueda explicar sus sentimientos
- Irritabilidad u hostilidad extrema. Cuando el menor presenta comportamientos agresivos u hostiles, se deben establecer límites claros y firmes, y rechazar la conducta destructiva de una manera amable, validando sus emociones y estimulando al niño a expresar su ira apropiadamente, siendo ejemplo y no reaccionando de la misma manera
- Autoestima baja y crítica hacia sí mismo. Comentarios críticos o despectivos del niño o niña hacia sí mismo de forma continua pueden estar relacionados con el inicio de una depresión. En estos casos, se recomienda que los padres elogien frecuentemente a sus hijos, acentuando lo positivo de una manera comprensiva y señalando los pensamientos negativos para que sean conscientes de ellos
- Frustración ante sus errores. Si el menor se culpabiliza de sus errores o se frustra con facilidad, los padres pueden enseñarle a distinguir entre los sucesos que puede controlar y los que no, facilitando que comience a aprender de los fallos y encontrar soluciones
- Poco interés en actividades que antes le gustaban o con las que disfrutaba. Cuando el niño deje de mostrar interés por actividades que le solían gustar es aconsejable hablar con él para conocer la causa del cambio y preparar actividades interesantes o acontecimientos especiales para devolverle esa ilusión
- Falta de energía. Es frecuente que los menores que sufren depresión se sientan cansados o su nivel de energía disminuya. Es esencial acudir al médico para realizar analíticas y un examen médico, con el fin de encontrar la etiología Para favorecer el estado anímico del joven, los padres pueden establecer un horario constante para dormir e incentivar actividades relajantes como leer o escuchar música y estar pendientes de que la alimentación del menor sea saludable
Otros signos que evidencian una posible depresión en el joven son: pensamientos o expresiones sobre la muerte, ausencias en el colegio o disminución en el rendimiento escolar, cambios repentinos de humor, o retraimiento, aislamiento y ganas de estar solo.
Para identificar estas señales y prevenir la enfermedad, es necesaria la escucha y el apoyo del entorno más cercano a los menores y la ayuda de profesionales. "Una adecuada intervención por parte de especialistas y el apoyo y acompañamiento de los familiares durante el proceso reducen significativamente los agravantes de la depresión en niños y adolescentes. Ante estos casos, los hospitales de día permiten realizar un tratamiento individualizado para el joven y su familia, combinando actividades, rutinas diarias y terapias individuales y grupales, que le ayudarán a identificar y gestionar sus pensamientos y emociones", añade Beatriz Urra.