El descenso de las temperaturas de los últimos días es uno de los factores principales que favorecen la dispersión y el contagio del virus respiratorio sincitial. Según los expertos, la mayor parte de infecciones por este virus se producen entre los meses de octubre a mayo, ambos inclusive, y son más raros los brotes de junio a primeros de septiembre, debido a las altas temperaturas.
El virus respiratorio sincitial, más conocido como el virus de los bebés, es el causante de cerca del 80 % de los casos de bronquiolitis. Se estima que en España casi el 60 % de los niños han desarrollado la infección al año de edad, y casi el 80 % a los dos años. Entre el 0,5 % y el 2 % de los afectados tienen que ser hospitalizados, aunque esta tasa de hospitalización llegar a aumentar hasta el 13 % en niños considerados de alto riesgo (prematuros, niños con cardiopatías congénitas o enfermedad pulmonar crónica).
Los síntomas con los que se presenta la bronquiolitis causada por el virus respiratorio sincitial son similares a los de un catarro común, es decir, tos, mucosidad, congestión nasal y fiebre. Después de estos primeros síntomas de la bronquiolitis, se pueden desarrollar otros signos como tos grave y persistente, dificultades para respirar, cansancio, aumento de la frecuencia respiratoria, pérdida del apetito, aceleración de la frecuencia cardiaca, dificultad para conciliar el sueño y deshidratación.
Los expertos recomiendan a los padres que prevengan el contagio de la bronquiolitis por este virus. Ciertas medidas higiénicas, como lavarse las manos a menudo, evitar entornos cerrados, mantener limpias las superficies que están en contacto con el bebé y utilizar pañuelos desechables, pueden ayudar a prevenir la infección por este virus.