Son muchas las personas que se plantean dar el paso de someterse a una operación de cirugía estética en España, bien para mejorar alguna parte del cuerpo que genera un complejo bien para reconstruir una zona afectada por un accidente o enfermedad. Sin embargo, estas intervenciones corren un riesgo, ya que no cualquier cirujano puede realizar una intervención de este tipo. Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) sólo el 34,83% de los españoles que se someten a una intervención de cirugía estética se informan de la cualificación del médico que se la realizará.
Es fundamental pensar muy bien la intervención que se va a realizar y dejarse asesorar por el especialista a la hora de saber hasta qué punto se puede llegar, aseguran desde la Clínica Clever de cirugía plástica y estética en Sevilla.
Las operaciones estéticas más realizadas son el aumento de mamas, la abdominoplastia, la liposucción o la otoplastia. Pero, sin duda, la más demandada es la del aumento de mamas. En esta intervención no sólo se trata de mejorar la forma o aumentar el tamaño de los senos, sino también de elevar una mama algo caída por el paso de los años o tras la maternidad, por ejemplo. La forma de realizar esta intervención es colocando implantes mamarios a través de una incisión que puede practicarse en la areola, la axila o el surco de la mama. La prótesis se puede colocar por delante del músculo pectoral o por detrás, y la decisión de dónde se colocará depende de las características físicas del seno de la paciente, la cual será asesorada por el especialista para tomar esta decisión.
Después de la intervención se podrá llevar una vida normal a los pocos días, aunque el resultado final se apreciará entre los seis meses y el año, una vez cicatrice el tejido intervenido. En cuanto a las revisiones, se deberían realizar varias al año para comprobar la efectividad de la intervención.
Conforme avanzan la medicina y la tecnología, aparecen técnicas poco invasivas y muy demandadas por sus resultados naturales como la otoplastia o la blefaroplastia.
La primera de ellas, la otoplastia, es una intervención que sirve para corregir algunas alteraciones estéticas en las orejas. En algunas ocasiones estas están muy separadas del cráneo o son de gran tamaño. Con la otoplastia se pueden solucionar estos problemas a través de la remodelación de su forma y contorno para conseguir una simetría con el rostro.
La blefaroplastia es una intervención que consiste en corregir las bolsas en los párpados inferiores y en la zona de las ojeras mediante la extracción de la grasa y el exceso de piel y músculo de los párpados. Es un proceso sencillo que puede durar entre una y tres horas, dependiendo de cada paciente. Normalmente la recuperación tras la intervención es de un periodo de 24 a 48 horas en las cuales el paciente deberá guardar reposo para evitar molestias. Los resultados se podrán comenzar a apreciar en un par de meses, mientras que el resultado definitivo se suele apreciar una vez hayan transcurrido seis meses desde la cirugía.
Hoy en día la cirugía estética es algo que ha dejado de ser cosa solo de mujeres, ya que cada vez más hombres se someten a algún tipo de intervención. Según datos recogidos por la agencia EFE hace años, las cifras de demanda de cirugía estética masculina se situaban en torno a un dos por ciento, mientras que en la actualidad las cifras apuntan ya a una demanda de entre el 5 y el 10 por ciento.