La Comisión propuso ayer una serie de medidas de cara a gestionar la fase actual de la pandemia de COVID-19 y prepararnos para la próxima. Gracias al trabajo conjunto y a las vacunas contra la COVID-19, la Union Europea ha salvado ya cientos de miles de vidas, ha mantenido su mercado único operativo, ha minimizado las restricciones de viaje y ha movilizado la capacidad de fabricación de los productos esenciales en las ocasiones en que las cadenas de suministro han quedado interrumpidas. En la nueva fase de la pandemia, durante la cual deberán mantenerse los niveles de preparación y respuesta alcanzados hasta ahora, la coordinación volverá a ser esencial. Por esta razón, la Comisión insta a los Estados miembros a adoptar medidas antes de que llegue el otoño, a fin de garantizar la vigilancia y la coordinación continua de la preparación y la respuesta sanitarias.
Continuar alerta durante la transición al salir de la fase aguda de COVID-19
Los bajos niveles actuales de infección por COVID-19 brindan a los Estados miembros la oportunidad de reforzar la vigilancia, los sistemas sanitarios y la preparación general frente a las pandemias. En concreto, la Comisión invita a los Estados miembros a:
- intensificar la administración de las vacunas y las dosis de refuerzo, teniendo en cuenta la circulación simultánea de la COVID-19 y de la gripe estacional.
- establecer sistemas integrados de vigilancia que ya no se basen en la identificación y notificación de todos los casos de COVID-19, sino en la obtención de estimaciones fiables y representativas.
- continuar con las pruebas a grupos específicos y la secuenciación de suficientes muestras para estimar con precisión la circulación de variantes y detectar las nuevas que aparezcan.
- invertir en la recuperación de los sistemas sanitarios y evaluar el impacto general de la pandemia en el ámbito sanitario, como en la salud mental y los retrasos en los tratamientos y la atención sanitaria.
- aplicar normas coordinadas en la UE para garantizar una circulación libre y segura, tanto dentro de la Unión como con los socios internacionales.
- apoyar el desarrollo de la próxima generación de vacunas y opciones terapéuticas.
- intensificar la colaboración contra la desinformación y la información errónea sobre las vacunas contra la COVID-19.
- seguir desplegando la solidaridad mundial y mejorando la gobernanza mundial.
Además, la Comisión va a anunciar medidas para que las cadenas de suministro sean resilientes durante la pandemia, tanto en cuanto a las contramedidas médicas como a los productos esenciales en todos los sectores industriales. También convocó ayer una licitación, en el marco de la iniciativa EU FAB, con la que se prevé reservar capacidades para la fabricación de vacunas basadas en ARN mensajero, en proteínas y en vectores. Así se reservará la capacidad de fabricación creada recientemente para utilizarla en emergencias sanitarias futuras. La licitación se dirige a los productores de vacunas con instalaciones en la UE / el EEE, que pueden enviar su solicitud de participación hasta el 3 de junio de 2022 a las 16.00 horas (CEST).
A medio y largo plazo se pretende mejorar la preparación frente a las pandemias y reforzar la coordinación de la respuesta entre los Estados miembros y a escala mundial, así como poner en práctica las propuestas de la Unión Europea de la Salud, abordar las repercusiones importantes de la pandemia en la salud, como la COVID-19 persistente y la carga para la salud mental, y acelerar la digitalización en el sistema sanitario.
Declaraciones de los miembros del Colegio de Comisarios:
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró: "Estamos entrando en una nueva fase de la pandemia, ya que pasamos del modo de emergencia a una gestión más sostenible de la COVID-19. Aun así, debemos mantenernos en alerta. El número de infecciones sigue siendo elevado en la UE y muchas personas mueren de COVID-19 en todo el mundo. Además, pueden surgir nuevas variantes que se propaguen rápidamente. Pero sabemos cómo seguir adelante. Tenemos que acelerar aún más la administración de vacunas y dosis de refuerzo y continuar con las pruebas de forma selectiva, así como seguir trabajando estrechamente para coordinar nuestras respuestas dentro de la UE".
El vicepresidente para la Promoción de nuestro Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, señaló que: "La pandemia de COVID-19 no ha terminado, y el virus ha llegado para quedarse. Aunque la situación sanitaria está mejorando, debemos prepararnos para varios escenarios, y hacerlo de manera coordinada. La cuestión no es si aparecerán nuevas variantes, sino cuándo lo harán. Improvisar y actuar sin ponernos de acuerdo no es una opción. La vigilancia y la preparación siguen siendo tan cruciales como siempre, y debemos continuar trabajando sin descanso. Por tanto, a fin de tomar medidas a escala nacional y de la UE, nos basamos en el éxito de la coordinación en toda la UE en cuanto a la preparación y respuesta sanitarias. Vamos a pasar de ejercer de bomberos a ser los arquitectos de una Unión de la Salud que proteja la salud pública y al mismo tiempo mantenga la sociedad y la economía abiertas y resilientes".
Thierry Breton, el comisario de Mercado Interior, manifestó: "La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia la importancia de una capacidad de producción de vacunas que esté fácilmente disponible en tiempos de crisis. Después de un incremento sin precedentes de la capacidad de producción, la UE llegó a fabricar entre tres y cuatro mil millones de vacunas al año. La iniciativa EU FAB nos permitirá preservar parte de esta capacidad y mantenerla operativa para futuras crisis sanitarias. Se trata de una piedra angular en el sector industrial de nuestra preparación ante emergencias sanitarias".
Stella Kyriakides, la comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, añadió: "La vacunación, nuestro enfoque coordinado de la UE y la inmunidad natural nos ofrecen la oportunidad que esperábamos de pasar del modo de emergencia a una gestión más sostenible de la COVID-19. A pesar de que todavía se registra un número elevado de infecciones en la UE, el sector sanitario ya no está sometido a tanta presión, y nuestras sociedades y economías se han abierto de nuevo. Después de dos años y medio difíciles y fuera de lo habitual, los ciudadanos al fin pueden vivir este período con menos restricciones en su día a día. Aun así, es fundamental que los Estados miembros mantengan un alto nivel de vigilancia y preparación frente a nuevos brotes y variantes: la pandemia todavía no ha terminado. Tenemos que esforzarnos más para intensificar la vacunación a nivel mundial, ahora que el suministro de vacunas ha dejado de ser un problema. El modo en que la COVID-19 afectará a nuestras vidas en los próximos años dependerá en gran medida de las decisiones que tomemos hoy, tanto en la UE como a escala mundial".
A pesar de las variaciones en toda Europa, gracias a la vacunación generalizada los aumentos de casos no derivan en enfermedades graves ni muertes con tanta frecuencia como antes. La variante ómicron, dominante en este momento, es menos grave que las variantes anteriores. Sin embargo, sigue habiendo millones de infecciones a nivel mundial. Hay un gran número de personas confinadas en algunas regiones del mundo, y muchas de ellas todavía padecen de COVID-19 o fallecen a causa de esta enfermedad. Además, la disminución de la inmunidad contra la infección y la posible estacionalidad invernal aumentan el riesgo de que surjan y se propaguen nuevas variantes de SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19.
Aunque los Estados miembros aplican enfoques nuevos para gestionar la pandemia, hay división en las estrategias de preparación y respuesta, por lo que existe el peligro de que se pierdan los beneficios que ha aportado hasta la fecha la coordinación en la UE de las medidas de seguridad sanitaria.