La Comisión propone hoy un enfoque común y coordinado de la Union Europea para abordar de manera eficaz los retos que plantea el repunte de la COVID-19 en muchos Estados miembros durante este otoño.
El rápido aumento del número de casos y la nueva presión hospitalaria requieren de una acción urgente y decidida. La nueva amenaza potencial que plantea la variante ómicron se suma a estos problemas y enfatiza la importancia de hacer frente a la pandemia para progresar hacia la seguridad sanitaria a largo plazo, tanto a nivel de la UE como a nivel mundial.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha declarado: "A lo largo de las dos últimas semanas, muchos de nosotros hemos sido testigos de cómo la COVID-19 ha vuelto con fuerza, infectando a algunos de nuestros amigos, compañeros de trabajo, familiares y seres queridos. El rápido aumento de los casos constituye una pesada carga para nuestros hospitales y nuestro personal sanitario. Además, la llegada de la variante ómicron, presumiblemente muy contagiosa, requiere toda nuestra atención. No obstante, estoy convencida de que la UE está a la altura para hacer frente a estos retos. Para ello, estamos presentando hoy un amplio abanico de acciones -desde intensificar nuestros esfuerzos y la inversión en tratamientos, hasta mejorar el seguimiento y la prevención-, y reforzando nuestra solidaridad global. Mientras tanto, reitero mi llamamiento urgente para animar a todo el mundo a que se vacune, reciba la dosis de refuerzo y siga las reglas para protegerse".
Por su parte, Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha añadido: "La alta transmisibilidad de la variante delta, la brecha inmunitaria significativamente elevada y la relajación de las medidas de prevención traen consigo un invierno difícil. La aparición de la variante ómicron destaca la urgente necesidad de vacunarse y de reforzar nuestra inmunidad, para así romper la cadena de transmisión. Si fuera necesario, se introducirán medidas de salud pública eficaces, como la distancia social o las mascarillas. Debemos actuar con rapidez y decisión para limitar la propagación del virus y mitigar su impacto".
El aumento de casos graves, especialmente entre los no vacunados, ha tenido como consecuencia una enorme presión sobre los hospitales y sobre el personal sanitario, que ya estaba al límite de su capacidad. Esto también tiene un impacto directo en la salud de los pacientes que no padecen COVID-19 puesto que, una vez más, el acceso a la asistencia sanitaria por otras enfermedades está sometido a una presión considerable por la necesidad de tratar a los pacientes con COVID-19.
Una acción coordinada para luchar contra la COVID-19
La UE y los Estados miembros deben demostrar una rápida capacidad de reacción para afrontar la expansión del virus y continuar luchando para dar una respuesta fuerte y sostenible a largo plazo contra esta amenaza. Esto requiere respuestas decididas y urgentes, como:
- La UE y los Estados miembros deben seguir aplicando una estrategia conjunta para limitar la entrada de la variante ómicron en la UE, con revisiones periódicas y diarias de las principales restricciones de viaje. La UE y los Estados miembros deben prepararse para imponer todos los controles necesarios.
- Los Estados miembros deben llevar a cabo nuevas campañas dirigidas a las personas no vacunadas en todos los grupos de edad propuestos para la vacunación, acompañadas de estrategias nacionales específicas para abordar la reticencia a la vacunación.
- Los Estados miembros deben utilizar rápidamente las dosis de refuerzo para mantener un alto nivel de protección contra el virus, incluida la variante ómicron, comenzando con los grupos más vulnerables.
- Las agencias de la UE deben garantizar que las directrices científicas necesarias están disponibles rápidamente.
- La Comisión intensificará sus esfuerzos para producir, autorizar y adquirir conjuntamente tratamientos contra la COVID-19.
- El Parlamento Europeo y el Consejo deben adoptar, antes de finales de 2021, las propuestas de la Unión Europea de la Salud y el reglamento de crisis de la HERA.
- Los Estados miembros deben poner en marcha medidas de precaución y restricciones específicas y proporcionadas para limitar la propagación del virus, salvar vidas y reducir la presión sobre los sistemas sanitarios. Debe garantizarse la plena coordinación de la UE. Con la aparición de la variante ómicron, será necesario prestar especial atención a la aplicación y comunicación de medidas específicas sobre el contacto durante el período de fin de año.
- Los Estados miembros deben aplicar el enfoque revisado relativo a la libre circulación, con un período de validez estándar de nueve meses, para el certificado COVID digital de la UE.
- La UE y los Estados miembros deben impulsar los esfuerzos de Equipo Europa para compartir las vacunas a fin de conseguir el objetivo mundial de vacunación del 70 % en 2022, acordado en la cumbre del G-20 de octubre de 2021, y apoyar el desarrollo de capacidades para la secuenciación, experimentación y vacunación. Asimismo, la UE debe adoptar una posición clara sobre el camino a seguir para conseguir una arquitectura sanitaria mundial más fuerte, equitativa y rápida.