Más del 80% de las personas desgastan los dientes de manera natural, a esta acción se le llama bruxismo, sin embargo, sólo un 5% necesita acudir al dentista para su tratamiento, especialmente cuando existe dolor dental, facial o de cabeza.
El bruxismo es un hábito oral que consiste en rechinar, chirriar o apretar los dientes de forma rítmica involuntaria o espasmódica, de tal forma que los movimientos mandibulares pueden llevar a un trauma oclusal (o alteración de la manera como encajan los dientes superiores e inferiores) y, "en todos los casos corresponde al odontólogo realizar las exploración y el diagnóstico", afirma el Prof. Tomás Escuin, especialista en Prostodoncia, Disfunción cráneo-temporo-mandibular, Dolor Orofacial y colaborador de Compromiso y Segurdad Dental.
Mucha gente está comprando por Internet fundas dentales de plástico para evitar este desgaste que, además, según la publicidad, evitan roncar. "Las causas que generan bruxismo y las que provocan ronquidos son múltiples y no las generan ni los dientes ni la boca, y por ello colocar aparatos en la boca no tiene sentido si no estamos tratando el origen de estas situaciones", señala el profesor Tomás Escuin, que alerta sobre el peligro del uso de estas prótesis, que puede esconder otras patologías o enfermedades mucho más graves que afectan al sistema nervioso, cardiovascular, digestivo y/o respiratorio.
Los últimos estudios científicos aconsejan a los dentistas que dejen de colocar este tipo de aparatos, únicamente porque aprecian desgaste dental, o porque el paciente ronca. "El desgaste y el apretamiento dental son dos situaciones que se producen en la vida cotidiana, ya sea porque se producen momentos de tensión, por nuestra alimentación, o por nuestros hábitos sociales".
A menudo, el diagnóstico y el tratamiento del problema ya no es únicamente del dentista, y por tanto el tratamiento tampoco. En el caso del bruxismo, puede implicar al fisioterapeuta, el osteópata, el digestólogo, el cirujano maxilofacial, el otorrinolaringólogo, el psicólogo, el psiquiatra, el neurólogo, la clínica del dolor, y al dentista.
Los aspectos biomecánicos por los que mantenemos la cabeza erguida determinan muchas veces, no sólo los desgastes, sino también los dolores de cabeza y faciales que el paciente pueda tener y precisaríamos de una rehabilitación de la columna cervical y vertebral antes de atender los cambios posturales de la mandíbula que genera una férula oclusal o placa de descarga.
Además, las placas de descarga tienen que ser ajustadas periódicamente para poder mantener el equilibrio muscular que se está buscando. Si todo esto no se tiene en cuenta, podría agravarse el problema, o la queja del paciente.
Ante el ronquido puede ser necesario el médico de cabecera, el pneumólogo, el cardiólogo, el otorrinolaringólogo, el cirujano maxilofacial, el neurólogo, el psicólogo, la unidad de medicina del sueño, y el dentista.
Muchas veces todos estos especialistas intentan tratar aisladamente al paciente y los resultados que obtienen mejoran, pero no erradican, el problema: la necesidad de polisomnografías; medicaciones para bajar la tensión; dietas para adelgazar; controles y reversiones coronarios, etc., obviando qué defectos influyen en el paso del aire por las vías respiratorias altas, puede requerir cirugías de avanzamiento mandibular, o cirugías de la faringe, o aparatos de presión positiva de aire (CPAP). Las recomendaciones de las sociedades científicas de medicina del sueño, de medicina dental del sueño, de dolor orofacial, de disfunción craniomandibular, etc, así lo recomiendan. "Antes que dejarse seducir por precios "low cost" de las páginas web de internet -concluye el Prof. Tomás Escuin- los pacientes deberían acudir más a este tipo de especialistas que conformen un equipo de tratamiento".