¿Estás cansado de tener siempre sueño? El sueño no reparador y de mala calidad, se ha convertido en un problema para muchos de los ciudadanos en los últimos años provocando importantes consecuencias en la salud de quienes lo padecen.
Los menores y adultos nos enfrentamos a días con largas jornadas, muy ocupados, superprogramados y sobrecargados de actividades (deberes, deporte, sociabilizarse, tareas domésticas, trabajos, extraescolares, etc.) que afecta al tiempo y a la calidad del sueño. Ir a la cama se ha convertido en todo un reto para el ciudadano y controlar la hiperactivación cerebral antes de dormir y los ciclos de sueño-vigilia una misión casi imposible en el día a día. Esta alteración de los ciclos de sueño-vigilia producida por las largas jornadas y por el estado de hiperactivación cerebral que afecta a la cantidad y calidad de sueño que se precisa, afecta de forma considerable al nivel de energía y funcional del día después, tanto en el plano emocional-afectivo (aumento de irritabilidad, nivel de agresividad y tolerancia), en el plano social (dificultades para relacionarse, conductas desajustadas), en el rendimiento cognitivo (problemas de atención y memoria, dificultades para resolución de problemas), en la salud, produciendo comorbilidades como ansiedad, depresión, diabetes, obesidad, diversos trastornos cardiovasculares, respiratorios, gastrointestinales, urinarios y neurológicos a largo plazo.
El insomnio crónico es una enfermedad recurrente, que afecta al día y a la noche, incidiendo en todas las esferas a lo largo de las 24 horas del día. Por ello, potenciar estrategias de concienciación en la sociedad española sobre cómo la falta de sueño reparador sostenido está dejando una huella imborrable en forma de enfermedad, insomnio, en niños, adolescentes y adultos en España. Con este objetivo, la Alianza por el Sueño, el Foro Español de Pacientes (FEP) y la Asociación Española del Sueño (Asenarco) han celebrado la jornada "España tiene sueño, un problema a resolver por la sociedad" con el objetivo de dar pautas para cambiar los malos hábitos y mejorar la cantidad y calidad del sueño.
El insomnio crónico afecta a más de cinco millones y medio de personas en España, con unas importantes consecuencias tanto en salud física como mental. Y tiene un importante impacto en el día después y sobre la funcionalidad diurna acarreando numerosos problemas sociales y económicos debidos principalmente a la somnolencia diurna, al cansancio, a la falta de concentración y otras funciones cognitivas como la atención y la memoria, lo que disminuye la productividad, incrementa el absentismo laboral y aumenta el riesgo de sufrir accidentes laborales y de tráfico. "La evidencia científica ha identificado que la falta de sueño reparador sostenido es un factor de riesgo para la mortalidad y debemos tomárnoslo en serio, formando y sensibilizando a la población en establecer medidas de hábitos saludables con el sueño. No revertir esta mala tendencia que afecta a la calidad de sueño, y mantenerla a lo largo del tiempo, hasta padecer insomnio crónico, incrementa el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, como la hipertensión o el riesgo de enfermedades coronarias, trastornos metabólicos o endocrinos, como la diabetes u obesidad, así como alteraciones inmunológicas, que pueden provocar procesos inflamatorios o neoplásicos. También afecta a la salud mental, en forma de ansiedad y depresión, a la memoria, a los procesos cognitivos y al envejecimiento", explica la doctora Carmen Bellido Cambrón, Coordinadora de Grupo de Trabajo, Económica y Empresa de la Alianza por el sueño e Investigadora y Coordinadora del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en el Hospital de Castellón.
Por qué dormir bien se ha convertido en un problema que también se expresa en la infancia
En España, cuatro de cada diez menores de entre los 8 y 16 años, no cumplen con las recomendaciones de horas de sueño de lunes a viernes, una realidad que se acentúa sobre todo a los adolescentes, ya que más de la mitad de ellos duerme menos horas de las recomendadas. De esta forma, el 52,4 % de los adolescentes van a clase con menos de 8 horas de sueño, lo que repercute en su rendimiento académico y en su capacidad de gestión afectiva y/o emocional.
Además, con la edad, el porcentaje de niños y adolescentes que duermen menos de lo recomendado va aumentando: de tercero de primaria a cuarto de la ESO se dedican 2 horas menos a dormir entre semana.
Destacar que, esta situación se intenta revertir los fines de semana y el 48,1 % de la población infantil duerme más horas de las recomendadas lo que es un indicador indirecto del déficit de sueño que sufren entre semana. Esto es lo que se conoce como el jetlag escolar que hace que uno de cada tres escolares pueda presentar síntomas de somnolencia diurna y un cansancio que le impide desarrollar sus tareas y actividades con normalidad y en plenas condiciones.
"La población infanto-juvenil necesita dormir más horas porque se encuentra en una época de crecimiento físico, intelectual y emocional. Este déficit de sueño en esta población deja una importante huella en su salud cuando son adultos y en su desarrollo mental. El sueño cumple una función crítica para el cuerpo, ya que restaura y elimina las toxinas de nuestro organismo y repara nuestros órganos. Uno de los riesgos asociados con esta población es el aumento de probabilidades de sufrir obesidad, presentando 2,23 veces más de riesgo de presentar sobrepeso u obesidad. La falta de sueño restaurador también favorece un desarrollo irregular de la capacidad emocional, del crecimiento e incluso del sistema cognitivo del niño, por lo que pueden presentar síntomas que asemejan al déficit de atención con hiperactividad sin padecerlo. Un sueño inadecuado e insuficiente puede ocasionar otros problemas de salud como la hiperactividad, la impulsividad e incluso el bajo rendimiento académico, entre otros. También expone a los niños a tener un mayor riesgo de padecer enfermedades mentales, como ansiedad, depresión, o abuso de sustancia. El 35 % de las enfermedades mentales se inician antes de los 14 años. El cerebro y el cuerpo necesitan bajar las revoluciones", afirma el doctor Gonzalo Pin, Pediatra y Especialista en trastornos del sueño en niños.
Importancia en la detección y tratamiento precoz del insomnio
"Es importante que los pacientes, ante cualquier síntoma de trastorno del sueño, acudamos al médico para consultar esta situación y que puedan realizarnos un diagnóstico precoz y etiológico sobre la historia del sueño que permita realizar un buen abordaje clínico y terapéutico de esta enfermedad. También debemos seguir unas pautas de higiene del sueño, de eliminación de consumo de sustancias tóxicas y adoptando hábitos y rutinas imprescindibles, tales como respetar los ritmos circadianos, no utilizar pantallas durante la noche, etc., para que éste sea verdaderamente restaurador y se pueda disfrutar de una buena calidad de vida y bienestar emocional. Es imprescindible no automedicarse, aunque sean productos sin receta médica", expone Ana Jiménez. Presidenta de la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI).
En este sentido, seguir una serie de recomendaciones tanto en tratamientos farmacoterapéuticos para aquellos que lo precisen como de higiene del sueño es clave para mejorar la salud y el bienestar de las personas, debido a que un sueño adecuado y reparador permite restaurar el organismo, reducir el riesgo de aparición de enfermedades crónicas y neurodegenerativas y mantener el corazón sano. Además, favorece el rendimiento, la resistencia aeróbica y refuerza el sistema inmunológico.