La Fundación del Lesionado Medular (FLM) ha incorporado una impresora 3D con el objetivo de fomentar la autonomía y la independencia de sus usuarios a través de la fabricación de productos de apoyo y adaptaciones.
Esta incorporación es fruto del trabajo de José Antonio Hernández Porras, responsable de la Escuela TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) de la FLM, creador del proyecto ‘Teclado Accesible', a través del cual se obtiene la financiación de la impresora 3D por parte de "En Acción Bankia" en su programa especial de ayudas al desarrollo. "El proyecto suponía aprovechar un teclado viejo para generar uno adaptado a personas con lesión medular, con otra textura y teclas más grandes, o un punzón en el joystick para facilitar su uso", ha comentado.
La impresora, que emplea principalmente los materiales PLA y Filaflex para fabricar las figuras prediseñadas, permitirá generar todo este tipo de adaptaciones para posibilitar que los usuarios de la FLM desarrollen todas las actividades de vida diaria de forma autónoma. "Todavía estamos en fase de diseño y creación de productos de apoyo; estamos evaluando todas las necesidades que tenemos en terapia ocupacional, y aspiramos a fabricar adaptaciones para que los usuarios puedan lavarse los dientes, maquillarse o coger un vaso, entre otras actividades de la vida diaria", ha destacado Belén Gómez, coordinadora del departamento de Terapia Ocupacional en el área de Rehabilitación de la FLM.
Según Gómez, la incorporación de esta impresora es un gran avance en terapia. "Gracias a la impresora 3D vamos a hacer posible que los usuarios realicen actividades que no podían hacer por sí mismos", ha explicado. "Podemos diseñar todo lo que queramos, de forma personalizada, y reproducirlo tantas veces como sea necesario", ha añadido.
"De forma muy especial nos queremos poner al día con todos los avances que existen en férulas. Esta impresora nos permitirá fabricarlas con condiciones más precisas para que sean también transpirables y más flexibles, adaptándolas de forma directa a la mano del usuario", ha remarcado.
Por otro lado, gracias a la Escuela TIC, la FLM también garantiza que los usuarios participen de forma activa en el proceso de creación de instrumentos. "En la escuela, a través de un programa sencillo, los usuarios pueden fabricar figuras geométricas y podremos saber cuáles son sus necesidades de forma más directa", ha asegurado José Antonio Hernández.
"El límite de lo que podemos crear con la impresora 3D está en nuestra imaginación", asegura Hernández. "Vamos a fabricar todo aquello que creamos que es útil para los usuarios de forma personalizada y en serie", ha destacado. "Existen necesidades que no están satisfechas en el mercado y que, además, su solución sería muy cara, pero los materiales utilizados en la impresión 3D son mucho más baratos y esto bajaría mucho el coste al usuario", ha añadido Belén Gómez.
Por el momento, la FLM se va a centrar en fabricar aquellas adaptaciones que favorezcan la autonomía y la independencia de los usuarios en las actividades de vida diaria. Así, férulas, utensilios para comer y beber por sí mismos, instrumentos para las sillas de ruedas eléctricas, o incluso botones para lavarse los dientes sin necesidad de apoyo están entre los principales objetivos de la Escuela TIC y de los responsables de terapia ocupacional.
Gracias a esta nueva incorporación, la FLM se sitúa en la vanguardia en lo que respecta a dar respuesta a necesidades de personas con lesión medular, apoyando el desarrollo y la autonomía de sus residentes y apostando también por un método más preciso, más barato y más útil que otros ya existentes.
"Nuestro objetivo ahora es incorporar un escáner 3D para introducir diseños más complejos y satisfacer así otras necesidades más sofisticadas", ha concluido Hernández.