Según ha explicado el Dr. Vicente Palomo, miembro del Grupo de Trabajo de Salud Cardiovascular de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en el marco de un curso sobre manejo del paciente cardiovascular, organizado por la SEMG en colaboración con Laboratorios Servier, "a pesar de que el electrocardiograma es una prueba complementaria que ayuda al facultativo para el estudio de las enfermedades cardiovasculares, la herramienta clave del médico de Atención Primaria a la hora de establecer el diagnóstico es una buena anamnesis (información proporcionada por el paciente al médico durante la entrevista clínica) y una exploración física detallada".
Según ha añadido el experto, "algunas enfermedades cardiovasculares, que cursan con pocos síntomas o que se manifiestan de manera atípica, pueden llegar a pasar desapercibidas". "En el caso de la angina de pecho o de la insuficiencia cardiaca, cuando la clínica es la habitual, la tasa de diagnóstico es alta", ha apuntado.
El paciente con cardiopatía isquémica o con insuficiencia cardiaca es, en la mayoría de las ocasiones, atendido por el médico de Atención Primaria. Debido a la prevalencia de estas enfermedades, al envejecimiento de la población y la mayor supervivencia tras un primer evento cardiovascular, la SEMG considera necesaria la actualización de los conocimientos del médico de familia en cardiología.
La insuficiencia cardiaca crónica afecta a más de un millón de pacientes en España (el 10% de la población mayor de 60 años). Es una enfermedad limitante y, a pesar de las mejoras en su tratamiento y manejo, generalmente tiene un mal pronóstico, con una supervivencia de tan solo el 50% a los cinco años del diagnóstico.
En España esta patología es la tercera causa de mortalidad, suponiendo el 15% del total de muertes cardiovasculares y la primera causa de hospitalización. La insuficiencia cardiaca impide al corazón bombear eficientemente y mantener una circulación adecuada a las necesidades de los demás órganos. La cardiopatía isquémica, ya sea de origen agudo (infarto de miocardio) o crónico (angina de pecho), es la causa más común de la insuficiencia cardiaca.