El inicio del otoño puede provocar depresión estacional en la población. La reducción de la luminosidad es, según el doctor Iñaki Ferrando, director de Comunicación Médica de Sanitas, "la responsable de que cerca de un 2% de la población española pueda verse afectada por el trastorno afectivo estacional o depresión estacional".
Este trastorno está clasificado dentro de los síndromes depresivos y sus síntomas son similares a los de la depresión común. Entre los más habituales se encuentran la fatiga, la falta de interés por actividades antes reconfortantes, aislamiento social, deseo exagerado por alimentos con un alto contenido en carbohidratos y en muchas ocasiones, aumento de peso. También pueden observarse episodios de ansiedad, sentimientos de culpa y desesperanza, irritabilidad, insomnio y en casos extremos, pensamientos de suicidio.
Estos síntomas comienzan con la llegada del otoño, a medida que se reducen las horas de luz y disminuye la temperatura, y van empeorando con la llegada del invierno. Aunque el trastorno afectivo estacional es más común en las regiones del norte, donde la época invernal es más larga y rigurosa, también influyen factores como la genética individual y la regulación hormonal.
Las mujeres, como en la mayoría de síndromes depresivos, son las más afectadas por este síndrome y la incidencia se hace especialmente notable entre los 20 y los 40 años. Otro rasgo característico de este trastorno es su aparición, en el mismo periodo, año tras año, y su desaparición, con la llegada de la primavera, motivo por el cual es tan importante su diagnóstico y tratamiento en los casos más agudos.
El Dr. Ferrando afirma que "cuando el paciente percibe un estado melancólico o depresivo con la disminución de horas de luz y la llegada del otoño o invierno, y presenta síntomas como los anteriormente mencionados durante más de tres semanas, es necesario acudir a la consulta del médico de Atención Primaria para evaluar la gravedad de su estado y considerar la intervención del psiquiatra".
La depresión estacional puede ser tratada eficazmente con fototerapia (terapia de luz), pero en la mayoría de los casos, se hace necesaria la intervención de un psiquiatra para incluir en la terapia antidepresivos y sesiones de psicoterapia. En cuanto a los consejos para prevenir esta patología el Dr. Ferrando explica que "hacer largas caminatas durante las horas de luz y practicar ejercicio físico, pueden mejorar los síntomas. Además es importante mantenerse socialmente activo y hacer una dieta saludable y gastronómicamente divertida".