El ruido del tráfico es la principal fuente de contaminación acústica en las grandes ciudades y es el responsable de un 85% de las emisiones acústicas, pudiendo alcanzar entre 80-85 dB. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera los 65 dB como el límite superior deseable. En España, uno de cada cuatro habitantes está expuesto a niveles de ruido superiores al umbral establecido por la Unión Europea (UE) – 55 decibelios (dB) durante el día y 50 dB por la noche–, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Como consecuencia, se pueden producir una serie de efectos negativos tanto auditivos como no auditivos, y los más vulnerables son los niños.
Los niños son más susceptibles de sufrir las consecuencias de la contaminación acústica, puesto que tienen un oído muy sensible. Además, están sometidos a ruido en las ciudades, en sus casas e, incluso, en la escuela, más aún cuando algunos colegios se ubican en un entorno ruidoso. De hecho, un 40% de los centros educativos de Madrid están expuestos a un ruido excesivo, lo que puede interferir en el proceso enseñanza - aprendizaje y en el desarrollo cognitivo de los escolares, así como en la disminución de su rendimiento académico por falta de concentración, dificultad de la atención y fatiga.
Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido que se celebra el último miércoles de abril, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) recuerda la importancia de instaurar medidas más rotundas contra la contaminación acústica, , uno de los mayores problemas de la salud auditiva y de la salud, en general.