La práctica deportiva aporta beneficios físicos y psicológicos a los pacientes con epilepsia

Los deportes de contacto no suponen un riesgo añadido para los pacientes con epilepsia, siempre y cuando cuenten con la supervisión necesaria
Las actividades acuáticas y los deportes de colisión sí estarían restringidos
El 24 de mayo se celebra el Día Nacional de la Epilepsia

La epilepsia es un trastorno neurológico crónico bastante común ya que, según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por producir convulsiones recurrentes, algo que puede interferir con las actividades diarias de las personas que la padecen, entre ellas, la práctica deportiva.

Estudios recientes ponen de manifiesto que la participación en actividades deportivas de pacientes con determinadas patologías neurológicas, entre ellas, la epilepsia, aporta numerosos beneficios y resulta segura, siempre y cuando cuenten con la supervisión médica adecuada. En este sentido, el Dr. Joaquín Ojeda, neurólogo del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, afirma que "la mayoría de riesgos asociados a la enfermedad pueden controlarse. Hay que tener especial precaución con determinados deportes, como pueden ser los de agua, en cuyo caso es necesario contar con la vigilancia constante de un adulto para reducir el riesgo de ahogamiento en caso de que se produzca un ataque de epilepsia. Quedarían totalmente prohibidos los deportes en agua de inmersión, como el buceo con botella, el buceo en apnea y, en general, todos aquellos donde el acceso a la persona con epilepsia no sea inmediato".

A la hora de determinar si la participación en actividades deportivas de alto riesgo es aconsejable o no, un factor fundamental a tener en cuenta es la frecuencia de ataques epilépticos que sufre el paciente: "en caso de ser alta, debe contar con supervisión".

Según un artículo publicado por la Academia Americana de Neurología, las personas que padecen epilepsia y practican deportes de contacto no muestran una mayor incidencia de convulsiones. "La experiencia clínica demuestra que las lesiones típicas, de bajo impacto, que se pueden producir en la mayoría de las competiciones deportivas, no suponen un riesgo. No ocurre lo mismo en el caso de los deportes de colisión o choque, que sí estarían restringidos porque se asocian con un mayor riesgo de sufrir convulsiones secundarias", aclara el Dr. Ojeda. El Hospital Vithas Nuestra Señora de América pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 19 hospitales y 25 centros especializados denominados Vithas Salud.

Deportes de colisión vs deportes de contacto

Resulta conveniente aclarar la diferencia entre deportes de colisión, aquellos en los que el contacto directo con los jugadores contrarios es un principio del juego, como por ejemplo el rugby o el hockey sobre hielo, y los deportes de contacto, aquellos en los que puede existir contacto directo, pero no es un objetivo que defina la base del mismo, como el béisbol o baloncesto.

La labor de los especialistas médicos, como apunta el Dr. Ojeda, es ser proactivos a la hora de mantener a los entrenadores informados para que, en caso de que se produzcan convulsiones, se reduzcan los riesgos. "En este sentido, también resulta útil que el propio deportista lleve un diario personal en el que anote factores asociados que le puedan ayudar a reconocer un ataque".

El control de la medicación durante el entrenamiento también es esencial, ya que puede desencadenar cambios fisiológicos y causar fatiga, reduciendo la resistencia y afectando negativamente a la competición.

En conclusión, "participar en deportes organizados proporciona muchos beneficios físicos y psicológicos a los pacientes con epilepsia y es seguro incorporarlos en su vida con el control adecuado del neurólogo".

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