Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2021 un 20 % de los niños nacieron mediante cesárea y, teniendo en cuenta la tendencia al alza, en 2030 se alcanzará un 29 %. En España, según los datos del INE correspondientes a 2022 (últimos disponibles) de los más de 329.000 partos que se realizaron, un total de 85.400 se realizaron mediante cesárea (el 26 % del total). De éstos el 11,5 % fueron prematuros y el 88,5 % restante a término.
La cesárea electiva se realiza de manera programada antes del inicio del parto porque las condiciones de la mamá o del feto desaconsejan el parto vaginal y, aunque decantarse por esta opción tiene como objetivo evitar complicaciones durante el parto tanto de la madre como del feto, no es menos cierto que esta técnica también presenta riesgos.
Según el Dr. Juan José López-Galián, Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, "en casos de cesárea previa hay que analizar detenidamente la vía del parto en función de una serie de factores, por lo que realizar una cesárea electiva sin ofrecer a la embarazada la posibilidad de realizar un parto vaginal no está avalada por los datos científicos".
Según la evidencia científica, el parto vaginal es exitoso en más del 70-75 % de los casos en pacientes con cesárea previa, y en aquellas que presentan además un parto vaginal previo se puede conseguir hasta un 90 % de partos vaginales exitosos.
La tasa de éxito del parto vaginal en estos casos dependerá directamente de algunos parámetros obstétricos como haber tenido un parto vaginal anterior, la indicación de la cesárea previa, el inicio de parto espontáneo o la necesidad de una inducción, el índice de masa corporal (IMC), la edad materna y el peso al nacer, entre otros, que deberán ser oportunamente valorados por el equipo de ginecología y obstetricia.
No obstante, aunque de manera general no se recomienda la realización de una cesárea electiva después de cesárea previa, existe consenso acerca de su realización en caso de pacientes con alto riesgo de rotura del útero, gestantes con contraindicación absoluta de parto vaginal (en caso de placenta previa, por ejemplo) o en embarazadas que rechazan un parto vaginal tras cesárea previa planificado.
Por último, existen una serie de situaciones clínicas donde de manera individual se tendrían que considerar los riesgos y beneficios de una u otra opción, como en casos de macrosomía (tamaño corporal elevado), gestaciones gemelares, presentaciones podálicas (de nalgas), intervalo intergenésico (período entre dos embarazos exitosos) inferior a 18 meses, gestaciones postérmino, gestaciones pretérmino o mujeres con dos o más cesáreas previas.
"Podemos concluir -señala el experto- que la primera opción en casos de parto con cesárea previa siempre debe ser el parto vaginal, salvo que las circunstancias que concurran, que deben ser analizadas caso a caso, aconsejen la realización de una cesárea electiva. Y siempre con la participación de las pacientes, que deben ser oportunamente informadas de los riesgos y beneficios de optar por una u otra opción".