La segunda opinión médica puede ofrecer una mayor gama de tratamientos oncológicos que permite una mejor adecuación a cada paciente

El tratamiento de un paciente con cáncer debe cambiar cada 3-4 meses en muchos casos debido a la aparición de resistencias

Cada vez más pacientes oncológicos piden una segunda opinión médica con el objetivo de valorar distintos abordajes para su patología y optar por el tratamiento más adecuado para su caso y que mejor se adapte a su situación física, anímica o sociosanitaria. En palabras del Dr. Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, "la segunda opinión médica nunca debe concebirse como signo de desconfianza hacia el compañero que les está tratando, sino como una opción que permite conocer más alternativas de tratamiento oncológico que por distintos motivos, principalmente condicionados por el acceso a fármacos innovadores por su coste, no se ofrecen de una manera rutinaria en determinados ambientes y que permiten una mejor adecuación al tumor de cada paciente".

La posibilidad de contrastar opiniones médicas permite dotar al paciente de una mejor comprensión de su enfermedad y del abanico de opciones de tratamiento con las que cuenta, sin que ello signifique que el diagnóstico o pauta recibidos fuesen erróneos. En este sentido, el Dr. Grande añade: "la segunda opinión es un derecho fundamental de los pacientes con cáncer y que permite potenciar su capacidad de empoderamiento a la hora de tomar sus propias decisiones acerca de cómo quiere ser tratado. Se pueden tener dos, tres o cuatro opiniones distintas, todas correctas, y que cada una de ellas tenga sus pros y sus contras. Al final, se trata de tener opciones adicionales a los estándares para el paciente, ya que puede haber distintos abordajes para una misma patología oncológica".

Una segunda opinión también puede aportar certezas a nivel de anatomía patológica. "Cuando vemos un paciente de segunda opinión, generalmente pedimos la biopsia en la que se ha diagnosticado el tumor. Y, en un porcentaje significativo de los casos, sugerimos pequeños cambios en el diagnóstico histológico que pueden condicionar la perspectiva del pronóstico de la enfermedad y la posibilidad de recibir distintos tratamientos. Esto no implica un error previo, sino que podemos ver distintos matices de la enfermedad para ayudarnos a ofrecer opciones de tratamiento distintas que quizás no hayan sido contempladas en un primer momento. Se trata de intentar ver la enfermedad oncológica desde distintos ángulos", explica el especialista.

A su vez, el conocimiento de las opciones terapéuticas a su alcance fomenta el empoderamiento del paciente e incrementa su confianza en el tratamiento y los profesionales sanitarios. Como apunta el Dr. Grande, el paciente también busca reafirmar que está en buenas manos y que la opción que le han ofrecido está reconocida por las guías internacionales del manejo de la patología oncológica. "Y lo mismo ocurre con los familiares", señala, "el paciente de cáncer tiene sus propias preocupaciones, pero los que le rodean son fundamentales a la hora de transmitir esa confianza y seguridad en la atención médica recibida."

La segunda opinión, un proceso en constante cambio

Por el continuo avance de la medicina, el concepto de segunda opinión se está adaptando a un enfoque dinámico que puede maximizar las posibilidades de recuperación del paciente. "El tratamiento de un paciente con cáncer desafortunadamente debe cambiar cada 3-4 meses en muchos casos debido a la aparición de resistencias. Por fortuna, cada vez disponemos de más armas terapéuticas, como técnicas quirúrgicas o de oncología radioterápica, protonterapia o técnicas de diagnóstico molecular. Tener actualizado este conocimiento impacta de una manera directa en las opciones que el paciente tiene a medida que el tumor se vaya haciendo resistente a la terapia", explica el especialista, motivo por el que resulta de vital importancia buscar centros especializados y con enfoque multidisciplinar, donde no sólo se tenga conocimiento oncológico general, "sino de cada uno de los tumores concretos".

Históricamente, las segundas opiniones se pedían al principio de ser diagnosticados, o cuando se acababan las esperanzas de recuperación. Sin embargo, sugiere el Dr. Grande, "lo ideal es pedir una segunda opinión cada vez que se necesita un cambio de tratamiento, porque las opciones van a ser diferentes según avance la enfermedad", continúa el especialista.

En esta búsqueda de un diagnóstico adicional, el conocimiento de los últimos avances oncológicos por parte de los profesionales sanitarios resulta fundamental para ampliar las opciones de tratamiento, y esta búsqueda de contraste de opiniones se ha convertido en habitual para patologías oncológicas. "Debemos normalizar la búsqueda de otras opiniones médicas a la hora de tratar una enfermedad para contar con nuevas opciones terapéuticas, y así adaptar cada vez más la pauta del tratamiento a la casuística y estilo de vida del paciente", concluye el doctor.

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