La socialización tiene efectos favorables en patologías como dolor articular, hipertensión, diabetes o depresión

Una persona activa en la esfera social reduce el riesgo de presentar deterioro cognitivo

La socialización y la interacción personal actúan como elemento protector de la salud además de favorecer un envejecimiento activo y feliz. Para fomentar el desarrollo de las relaciones personales en los mayores, Sanitas Mayores recomienda mantener sencillas prácticas en su rutina como conversar o desarrollar actividades participativas.

Según datos del informe "La participación social de las personas mayores", publicado por el IMSERSO, la socialización en las personas mayores tiene efectos favorables en determinadas patologías como el dolor articular; en el control de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial o la diabetes; así como en la prevención de patologías de la esfera psicosocial como la depresión y la ansiedad. Además, ayuda a mejorar las habilidades cognitivas de los mayores y consigue, por tanto, que sean más autónomos y mantengan al máximo su independencia.

"Las relaciones sociales favorecen también la llamada `reserva cognitiva´ que es la habilidad del cerebro para tolerar o compensar mejor los efectos de las patologías asociadas a la demencia. Ser una persona socialmente activa reduce el riesgo de presentar un deterioro cognitivo asociado a la edad y protege, en cierta medida, frente al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como puede ser el alzhéimer", añade el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.

Elemento de apoyo vs fuente de conflicto

El doctor Curto advierte que "las relaciones sociales pueden prestar apoyo, pero también pueden ser fuente de conflicto. Unas relaciones conflictivas con la familia o con la comunidad tienen un efecto perjudicial para la salud. Se trata además de una cuestión que afecta más a las mujeres y a nivel psicológico. Para que las relaciones sociales sean un elemento protector de la salud, el mayor debe sentirse integrado en la comunidad donde vive, sentirse valorado y útil además de contar con un círculo de personas de su confianza, familiares o amigos", añade.

Desde Sanitas Mayores ofrecen las siguientes recomendaciones prácticas para fomentar las relaciones sociales como elemento clave de un envejecimiento saludable y feliz:

  • Conversar: hablar con otras personas en grupo de manera distendida puede facilitar la resolución de problemas ya que aumenta la capacidad intelectual.
  • Fomentar las amistades: hacer amistades ofrece beneficios mentales, por ejemplo, la mejoría de la función ejecutiva que engloba el conjunto de habilidades cognitivas que permiten anticipar y establecer metas, elaborar planes y programas, iniciar actividades mentales y efectuarlas eficientemente.
  • Mantener un contacto frecuente con los seres queridos: mantener con familiares y amigos el contacto frecuente, tanto en persona como a través del teléfono o las nuevas tecnologías.
  • Promover la participación: desarrollar actividades, -educativas, deportivas, lúdicas, etc.- que se adapten a las necesidades físicas y emocionales de cada persona, siempre basándolas en la interacción entre personas.

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