El 94% de las mujeres que participaron en el "Estudio PROBIT", sobre la utilización de probióticos orales en las infecciones vaginales experimentaron un grado de mejoría alto tras la toma de probióticos orales como coadyuvante para el tratamiento de este tipo de afecciones. Las infecciones vaginales son un motivo frecuente de consulta ginecológica, tanto es así que se calcula que aproximadamente la mitad de las mujeres habrán sufrido al menos un episodio al llegar a los 25 años, alcanzando un 75% entre las mujeres premenopáusicas.
Casi un 60% de los médicos que participaron de la investigación afirmaron que cada mes diagnostican más 20 casos de infecciones vaginales siendo más frecuentes en mujeres en edad fértil y con mayor actividad sexual. En la mayoría de los casos, los probióticos habían sido prescriptos como coadyuvante al tratamiento farmacológico para candidiasis o vaginosis, las infecciones vaginales más comunes. Además, también presentaron resultados positivos como medida de prevención y para evitar recidivas.
Las infecciones vaginales tienen su origen en un desequilibrio del conjunto de microorganismos que normalmente se encuentra en la cavidad vaginal. Las bacterias de la flora íntima ejercen una acción protectora evitando el establecimiento de organismos patógenos y produciendo compuestos antimicrobianos. Cuando por alguna causa como puede ser la utilización de antibióticos o por una higiene íntima excesiva el equilibrio de la flora se ve afectado, se crean las condiciones para que proliferen hongos y bacterias potencialmente patógenos.
Ante esta situación, los complementos orales con probióticos son un aliado para reestablecer el equilibro de la flora vaginal. Debido a que contienen bacterias beneficiosas (lactobacilos) que favorecen la recuperación de los microorganismos que se encuentran en la zona de forma fisiológica, en combinación con la terapia farmacológica, aumentan la efectividad del tratamiento y previenen la aparición de recidivas. Estos probióticos tomados de forma oral migran desde el intestino hasta la zona vaginal contribuyendo a aliviar las molestias como el picor, malestar y frenar la proliferación de microorganismos.
Los ginecólogos que participaron del estudio señalaron la eficacia y la tolerabilidad como las características mejor valoradas de los probióticos orales en el tratamiento y prevención de infecciones vaginales. Ambas ventajas están dadas por la selección de bacilos que contienen los complementos que se corresponden con los que naturalmente forman parte de la flora íntima.