Las adicciones, una de las causas indirectas más comunes en el aumento de las ETS

Triora alerta sobre el aumento de pacientes adictos que sufren alguna enfermedad de transmisión sexual

Triora, clínica especializada en el tratamiento de adicciones, ha detectado un aumento de pacientes que llegan al centro privado con alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS) contraída durante prácticas sexuales ocasionales y bajo el efecto de las drogas y el alcohol.

Detrás de este aumento se encuentra el hecho preocupante de que los más jóvenes están perdiendo el miedo a contraer una ETS y muestran conductas sexuales más despreocupadas, impulsadas también por el consumo de drogas y alcohol a una edad más temprana.

Además, la llegada del verano es otra condición más que puede afectar al ánimo y aumentar la predisposición a conductas que generen un aumento de las ETS. Un dato que refleja la disminución de este miedo es que, por ejemplo, en España se vendieron más de 104 millones de unidades de preservativos en 2013, mientras que en 2014 las ventas se redujeron a menos de 102 millones de unidades, según un estudio de Nielsen.

"Los cambios de percepción del riesgo a contraer alguna ETS, especialmente el VIH, y el consumo de alcohol o sustancias estupefacientes, son dos factores clave a la hora de asumir conductas sexuales de riesgo, como tener múltiples parejas sexuales sin protección a edades más tempranas", asegura el Dr. Joaquín Descals, director médico de Triora y psiquiatra especializado en adicciones. "Si bien es complicado cifrar este aumento, ya que muchas personas contagiadas tardan en pedir ayuda médica por miedo o vergüenza, sí hemos detectado un aumento de estas conductas de riesgo y un menor interés por conocer las formas de transmisión de estas enfermedades".

El consumo de alcohol y otras drogas adictivas interfieren en el juicio y la toma de decisiones, aumentando las posibilidades de un comportamiento sexual de riesgo y la incidencia de ETS. Esto ocurre cada vez con más frecuencia entre los pacientes más jóvenes, que recurren a menudo a estas sustancias para mostrar una conducta menos desinhibida, y ello explica, en parte, por qué algunas de las ETS se mantienen estables pese a los programas de protección. 

Por otro lado, muchas de estas personas recurren a estas sustancias para incrementar el placer sexual sin conocer exactamente los efectos que pueden provocar en su cerebro y cómo pueden alterar su comportamiento.

En este sentido, entre las más habituales encontramos:

Alcohol: el alcohol es con mucha probabilidad el protagonista de muchos encuentros sexuales, especialmente entre la gente joven, debido a su alta prevalencia de consumo. Afecta al sistema nervioso y genera un efecto inhibidor que mitiga el estrés social que pueden sufrir algunas personas, facilitando el acercamiento sexual. Sin embargo, en grandes cantidades también afecta a la toma de decisiones, como la de tener sexo sin protección, sin olvidar la posibilidad de disfunción eréctil o de entorpecimiento de las sensaciones.

Marihuana: igual que con el alcohol, la marihuana es una de las sustancias más utilizadas entre los consumidores para liberar tensiones, potenciar las sensaciones y aumentar el deseo sexual. Pero en contraposición, la marihuana también puede causar miedo, depresión, paranoia, e incluso puede llegar a disminuir en gran medida el apetito sexual, provocando disfunción eréctil.

Anfetaminas: las anfetaminas afectan al cerebro provocando un placer inmediato y un efecto vigorizante. Pero ello las convierte en una de las mejores maneras de contraer una ETS, ya que altera la capacidad de tomar decisiones. Además, su consumo a largo plazo puede provocar impotencia o incluso anular la capacidad de disfrutar del sexo en estado sobrio.

Alucinógenos: los alucinógenos, como el LSD, se caracterizan por su imprevisibilidad, y por lo tanto es complicado establecer una norma básica sobre cómo afecta al comportamiento.

El abuso continuado de estas sustancias, iniciado con finalidades de ocio, puede desencadenar a largo plazo en una grave adicción. En caso de apreciar indicativos de que esto se esté produciendo, es aconsejable pedir ayuda y conseguir un diagnóstico profesional, o en su caso iniciar un tratamiento que pueda poner fin a esa situación.

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