Las etiquetas "saludables" de algunos alimentos hacen que los consumamos hasta un 30% más, pudiendo provocar un aumento de peso

Existe la creencia generalizada de que los alimentos etiquetados como "light", "bajo en grasas" o "saludable" no engordan
Un 70% de la población cuida su alimentación para adelgazar o no engordar
El 19 de mayo se celebra el Día Europeo de la Obesidad

De un tiempo a esta parte seguir un estilo de vida "healthy" o saludable está de moda, una tendencia muy extendida al ámbito de la alimentación. Es frecuente encontrarnos con alimentos etiquetados como light, saludable, adelgazante, détox, pero, ¿qué hay de verdad en ello?

Como afirma la Dra. Susana Monereo, directora de la Unidad de Endocrinología y Nutrición de Vithas Internacional, más del 70% de las personas o están a dieta, o lo van a estar, o están cuidando su alimentación para no engordar, tengan o no sobrepeso. "El hecho de añadir estas etiquetas saludables a los alimentos hace que los consumamos en mayor medida pensando que se trata de un producto saludable, pero para cerciorarnos la clave está en saber leer el etiquetado correctamente".

Numerosos estudios ponen de manifiesto que este tipo de productos, al creer que no engordan, se consumen hasta un 30% más que si no tuvieran este tipo de "coletilla saludable", lo que produce finalmente una ganancia de peso. Su fabricación, además, "suele implicar un procesamiento y refinamiento de los nutrientes y es frecuente añadir aditivos que mejoren su palatabilidad", explica la especialista.

En el caso de los productos light, sin azúcar, como señala la Dra. Monereo, no tienen glucosa, "pero llevan endulzantes muy potentes que pueden tener efectos sobre el cerebro, incitando al consumo de más productos dulces".

Con los llamados alimentos bajos en grasa, por ejemplo, algunos yogures, puede ocurrir que, aunque tengan menos grasas, "contengan gran cantidad de azúcares, de modo que ni adelgazan ni son más saludables".

Sobre los productos gluten free, la especialista apunta que son aptos para intolerantes al gluten, pero no debe extenderse su consumo generalizado al resto de la población: "aunque efectivamente no llevan gluten, incluyen otro tipo de carbohidratos refinados de alto índice glucémicos que nada tiene que ver con la etiqueta de saludable o adelgazantes".

La recomendación, para evitar este tipo de situaciones, es "leer siempre bien el etiquetado y asegurarse de que no existen azúcares o grasas escondidas bajo otro tipo de nombres".

¿Edulcorantes artificiales o azúcar?

La idea de sustituir los azúcares añadidos por edulcorantes sin calorías podría convertirse en una estrategia para prevenir la obesidad, ya que reduciríamos la ingesta energética relacionada con estos carbohidratos. Sin embargo, como señala la Dra. Monereo, numerosos estudios evidencian que no se consigue una bajada de peso.

"La explicación de por qué ocurre esto no está del todo clara, pero parece como si el cerebro fuera capaz de detectar la sustitución, de modo que el individuo compensa la ingesta con otros nutrientes. A nivel intestinal, además, parece ser que se detecta la diferencia, de modo que no se produce la misma saciedad que con los azúcares".

En ocasiones, además, alimentos calificados como "sin azúcar" no lo son realmente, de ahí la importancia, una vez más, de saber leer el etiquetado correctamente para "poder identificar azúcares con nombres raros que pueden aparecer disfrazados entre los edulcorantes".

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