Llega a las farmacias un test rápido con sensibilidad y especificidad del 100% y que detecta anticuerpos de la COVID-19 en menos de 15 minutos

Para llevar a cabo la prueba se necesitan dos gotas de sangre que se extraen de un pinchazo en la yema del dedo

El test rápido de la empresa española ProtectLine, con una sensibilidad del 100% y que detecta anticuerpos del coronavirus en menos de 15 minutos, llega a las farmacias. Para detectar la presencia o no de anticuerpos que hayan surgido como respuesta a una infección por SARS-CoV-2, se necesitan de dos a tres gotas de sangre que se extraen de un pinchazo en la yema del dedo. Estos nuevos sistemas de detección solo podrán adquirirse en farmacia y bajo prescripción médica y el usuario se lo podrá realizar de forma autónoma en su domicilio.

Este test cuenta con una sensibilidad del 100% para los anticuerpos IgG que genera el cuerpo humano en esta nueva variante del coronavirus y del 87,01% para los IgM. La especificidad de la prueba en ambas ocasiones es del 100%.

Kit de la prueba

Este sistema de detección para los anticuerpos del SARS-CoV-2 se distribuye con un kit que cuenta con todo lo necesario para llevar a cabo la prueba. Entre los materiales se encuentran: un casete de pruebas (recipiente de plástico), una toallita con alcohol para desinfectar la zona de la que se extraerá la prueba, una lanceta para realizar la incisión, un cuentagotas para verter la muestra, una solución diluyente y las instrucciones para un uso adecuado del equipo.

Procedimiento del test

Para llevar a cabo el test, hay que "realizar una incisión en la yema del dedo que provoque un leve sangrado (muestra) con la lanceta. Tras ello, se recoge la muestra con el gotero y se vierten dos gotas en la esponja del casete. Por último, tras 10-15 minutos, el test ya muestra el resultado e indica si se detectan o no anticuerpos frente al SARS-CoV-2". En caso positivo, el resultado debería confirmarse con una PCR.

Principio activo

El sistema se concentra en el ya mencionado casete de pruebas (recipiente de plástico). Dicho dispositivo cuenta con una almohadilla y varias membranas de nitrocelulosa que contienen dos líneas de pruebas, una capaz de detectar los anticuerpos IgG y otra los IgM, y una línea de control que indica si la prueba se ha realizado correctamente o no.

En caso de que los anticuerpos IgG o IgM estén presentes en la muestra (la sangre que se ha tomado del paciente), estos quedarán atrapados en el reactivo que recubre la banda correspondiente y formarán una línea de color burdeos. La franja de control, que indica si la prueba se ha llevado a cabo de forma correcta o no, se resaltará en ese mismo color si la cantidad de muestra es adecuada y ha sido absorbida de forma correcta por la membrana.

El test estará realizado correctamente cuando aparezca de color burdeos el área de control, de forma similar a los típicos test de embarazo. A partir de ahí, puede señalar la presencia de anticuerpos IgG, se resalta la banda sensible a este inmunocomplejo, de IgM (sucede lo propio con su banda) o un doble positivo, si ambas áreas se colorean.

Una prueba testada

Esta prueba, antes de su comercialización, ha pasado por varios estudios de reproducibilidad en tres laboratorios médicos independientes. En dicha investigación se han utilizado 60 muestras de suero clínico, 20 negativas, 20 positivas límite y 20 positivas. Cada muestra se ha usado por triplicado durante tres días en cada laboratorio y, finalmente, la concordancia entre los distintos ensayos y laboratorios ha sido del 100%.

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