Según los datos de The Journal of American Medical Association (JAMA), el número de fumadores ha descendido en España del 26,4% al 24%, la cifra más baja en 25 años. A pesar de estos porcentajes, los expertos continúan insistiendo en la importancia que tiene para la salud el abandono del hábito tabáquico. En este sentido, los beneficios para el bienestar físico de la persona fumadora se hacen patentes desde el momento en que se apaga el último cigarrillo.
"Entre estos beneficios a corto y medio plazo destacan la reducción a la mitad del nivel de nicotina en sangre y la normalización de los niveles de oxígeno ocho horas después de haber dejado de fumar; la disminución del riesgo de muerte súbita y la eliminación total del monóxido de carbono en sangre a partir de las primeras 24 horas; el aumento de la capacidad física entre el primer y el tercer mes; la mejora del drenaje bronquial y la reducción de infecciones a partir de los primeros nueve meses; y la reducción a la mitad de riesgo de infarto a partir del primer año" explica el doctor Allan C. Sam, neumólogo de MD Anderson Cancer Center Madrid.
No obstante, para lograr dejar de fumar, no se puede obviar que el tabaquismo es una enfermedad crónica y que requiere de un tratamiento específico que transciende el ámbito clínico y conecta con el emocional. Como señala el neumólogo de MD Anderson Madrid, "sabemos que abandonar el tabaco resulta una decisión muy difícil porque, aunque existe una dependencia física generada por la nicotina, también existe una dependencia a nivel psicológico y emocional". Por ello, con el objetivo de ayudar a las personas en su deshabituación tabáquica MD Anderson Madrid ha creado la Unidad de Tratamiento Integral del Tabaquismo.
Esta unidad cuenta con un programa de consulta clínica personalizada que ofrece un tratamiento individualizado cognitivo-conductual, farmacológico y un seguimiento médico para que la abstinencia del tabaco se mantenga a lo largo del tiempo. "Cada paciente es único porque cada uno tiene un grado de motivación diferente. Así, a lo largo de las consultas de las que consta este programa a nivel médico, se valora con él el tratamiento más adecuado y se acuerda el día en que empezará a dejar de fumar. A partir de entonces, las consultas se irán espaciando en el tiempo y se utilizarán también para realizar el cribado de enfermedades generalmente asociadas al tabaco como cáncer de pulmón y EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)", destaca el doctor Allan C. Sam.
Control de la sensación de abstinencia y ajuste de las expectativas
Para un adecuado abordaje de la enfermedad del tabaquismo, además de la aproximación física, también se debe tener en cuenta el ámbito psicológico de la persona. "Fumar es una conducta aprendida que se convierte en un hábito por tres elementos, la práctica, conducta que se acaba automatizando, la asociación del cigarrillo a distintas actividades, el mero hecho de realizarlas te provoca el deseo de fumar, y el refuerzo que se obtiene al fumar. Por este motivo, uno de los aspectos en los que se centra el trabajo de la Unidad de Tratamiento Integral del Tabaquismo es la disminución de la dependencia psicológica modificando los hábitos de comportamiento", comenta Marta de La Fuente, psicooncóloga y especialista en ansiedad de estrés de MD Anderson Madrid.
A la hora de cambiar los patrones de conducta asociados al hábito tabáquico resulta fundamental el control de los síntomas de abstinencia que genera la ausencia de tabaco, lo que implica actuar sobre diferentes aspectos cognitivos, fisiológicos y comportamentales. "Uno de ellos es la irritabilidad y para ello trabajamos la parte de relajación y el cómo canalizar adecuadamente la ansiedad que nos genera el deseo de fumar. En este sentido, resulta fundamental ajustar las expectativas y la tolerancia del paciente consigo mismo", argumenta la psicooncóloga y especialista en ansiedad y estrés de MD Anderson Madrid.
Por todo ello, y a pesar de que el paciente pueda sufrir alguna recaída, desde la Unidad de Tratamiento Integral del Tabaquismo inciden sobre la importancia de que los pacientes eviten los juicios de valor y las críticas destructivas consigo mismos. "En ocasiones el paciente que ha vuelto a fumar tiende a la autojustificación. Debemos huir de estos sentimientos y aprender a normalizar las situaciones de recaída y buscar soluciones. A mí no me importan cuántas veces caiga el paciente, sino cuántas se levante", concluye De la Fuente.